El Gobierno repartirá productos menstruales reutilizables -una copa, unas calcetas absorbentes y una comprendida- a 1.200 alumnos de tercero de ESO de 24 centros educativos en los próximos días. El reparto irá acompañado de sesiones formativas sobre educación menstrual a cargo de comadronas a los 2.600 jóvenes de 3r de ESO de los centros. Es la prueba piloto del proyecto 'Mi regla, mis reglas', que se extenderá a todos los institutos el curso que viene. La consejera de Igualdad, Tània Virgen, ha afirmado que la regla "también es política" y que el derecho a la equidad menstrual quiere garantizar la "educación sobre el propio cuerpo" para "romper estigmas y tabúes" y el "acceso igualitario a productos reutiltzables, los únicos sostenibles económicamente y ecológica".
En esta primera fase del proyecto, más de 1.200 chicas, chicos trans y personas no binarias recibirán un estuche con una copa menstrual, unas calcetas y una comprendida reutilizable. A la vez, más de 2.600 alumnos de 3r de ESO, tanto chicas cómo chicas, recibirán una sesión formativa para desarrollar la educación en sexualidades, parte del Programa Coeduca't y que, con el nuevo decreto de Educación, pasará a ser curricular.
1,2 millones de inversión
En cuanto a los centros seleccionados para esta primera fase, nuevo son a Barcelona; cinco a Girona; tres a Tarragona; dos a la Cataluña Central; dos al Penedès; uno a Lleida; uno al Alto Pirineu y uno en Tierras del Ebro. La previsión es que el reparto de productos menstruales reutilizables y las sesiones de educación lleguen el próximo curso al resto de centros educativos de secundaria de Cataluña, también a 3r de ESO. La fase de implantación tiene un coste 69.490 euros y la siguiente, aproximadamente de 1,2 millones.
"El feminismo parte de la premisa que aquello personal es político. Y la menstruación también es política", ha afirmado Virgen este lunes en la presentación del proyecto. La consejera de Igualdad ha señalado que no "puede ser" que tener la regla siga "siendo motivo de vergüenza, generando rechazo y estigmas" y que, por ejemplo, las chicas "tengan que pasarse los tampones o comprendidas en la escuela por vergüenza que los chicos lo vean o del qué dirán". "Los hombres también tienen que conocer la menstruación", ha añadido.
Del mismo modo, la titular de Igualdad ha pedido "dejar de normalizar el dolor de la menstruación", puesto que, ha advertido, "claramente puede indicar el síntoma de alguna dolencia, cómo la endometriosi, que sufren entre el 10 y el 15 % de las mujeres". Además, ha señalado que hay que tomar "seriamente" los riesgos para la salud de los productos que no son reutiltzables, especialmente aquellos que no son orgánicos.[banner-AMP_5]
Virgen ha recalcado que el proyecto 'Mi regla, mis reglas' demuestra que la "transformación feminista, social y verde" van unidas. La consejera ha dicho que la iniciativa promueve "la justicia social, que implica un acceso igualitario a los productos de larga duración" y la "empoderament para erradicar tabúes y escoger los productos que se ajustan más a las necesidades y comodidad" de cada persona.[banner-AMP_6]
La copa menstrual, cada vez más utilizada
4 de cada 10 no pueden elegir
Cuatro de cada diez mujeres no se han podido permitir el producto menstrual de su elección, según datos del estudio 'Equidad y Salud Menstrual del Instituto Universitario de Investigación en Atención Primaria Jordi Gol y Gurina (IDIAPJGol). El 58 % de las chicas no ha recibido educación menstrual o de forma muy parcial antes de su primera regla.[banner-AMP_7]
La consejera también ha destacado el ahorro que suponen los productos menstruales reutilizables: de acuerdo con datos de Rezero (2021), una persona menstruant que utiliza productos desechables a lo largo de la vida fértil se gastará de media 2.500 euros en tampones y comprendidas, mientras que si opta, por ejemplo, por el uso de la copa, el gasto sería de 144 euros.[banner-AMP_8]
A Cataluña, cada año se producen alrededor de 9.000 toneladas de productos menstruales no reutilizables, que suponen unos 750 millones de productos menstruales desechables, según datos de la Agencia Catalana de Residuos (2019).