lactancia materna
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Redacció

Verdades y mitos de la lactancia materna, un vínculo con el bebé

Hablamos con Montse Pujol, ninguno de enfermería del servicio de pediatría, ginecología y obstetricia del Hospital de Mataró

"La leche de la madre es tan potente como un medicamento. Es como una vacuna. Disminuye alergias e ingresos hospitalarios, cánceres de mama en el caso de la madre, fortalece la flora del bebé y su sistema inmunitario y, además, supone un vínculo afectivo muy importante madre-bebé." Así resume Montse Pujol, ninguno de enfermería del servicio de pediatría, ginecología y obstetricia del Hospital de Mataró, los beneficios de la lactancia materna. La leche de la madre es tan importando que, por ejemplo, en los partos prematuros se receta del banco de leche si la madre no puede ofrecer. Además, la leche de la madre también protege contra las muertes repentinas en bebés.

Contra los falsos mitos

La lactancia materna vive rodeada de ciertos mitos que, en muchos casos, no tienen nada que ver con la realidad. Por ejemplo: "No es cierto que según como sean mis pechos podré amamantar o no. La glándula mamaria, que durante el embarazo se va preparando, no tiene ningún tipo de relación con el volumen de los pechos." Así pues, Pujol remarca que la mayoría de mujeres sanas, sin patologías previas, tienen el cuerpo preparado y diseñado para amamantar.

También es frecuente lo "no sé si podré" de algunas mujeres que, antes de vivir la experiencia, temen no ser capaces de hacerlo bien. Contra este miedo, la cabe de enfermería del servicio de pediatría, ginecología y obstetricia del Hospital de Mataró, recuerda que el bebé ya tiene programada una conducta instintiva: "Tienen reflejos instintivos para buscar el pecho. Hacer piel con piel lo propicia y, a partir de aquí, ellos ya retan. Las madres tienen que saber que una parte también la hará el bebé. Es un tándem, un trabajo que hacen plegados madre y bebé."

Las primeras horas y la creación de un vínculo afectivo

Las dos primeras horas de vida son una oportunidad enorme: "Nos miraremos, nos conoceremos y facilitaremos la conducta instintiva." Montse Pujol hace énfasis, también, en la otra parte del amamantamiento: "Amamantar no es sólo alimentar. La leche trae beneficios en este sentido y para aumentar las defensas del bebé, pero también hay el contacto físico con la madre, que genera tranquilidad y es terapéutico. El bebé sigue sintiendo el corazón y las palabras de la madre, como ya hacía cuando estaba dentro. Esta comunicación favorece el establecimiento del vínculo, y esta vinculación afectiva precoz favorece a madre y bebé."

Siempre a demanda

Un bebé no tiene que lactar cada tres horas. Este sería uno de los falsos mitos que en algún momento se ha extendido de manera errónea: "No tienen horario. Siempre a demanda, a demanda del bebé. Mica en mica iremos reconociendo los gestos que expresan su voluntad de mamar." En este sentido, es interesante ofrecerle la teta pero en ningún caso imponerle tomadas.

La OMS recomienda lactancia materna exclusiva hasta que el bebé tenga seis meses. A partir de entonces, y como mínimo hasta los dos años, que la leche de la madre sea complementaria a la alimentación. Como conclusión, Montse Pujol afirma que "ninguna leche modificada aportará la capacidad protectora ni los beneficios que la leche de la madre tiene para el bebé y para la misma madre."

 

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