El pasado sábado, 10 de septiembre, era el Día Internacional de la Prevención del Suicidio. Los días internacionales del que sea tienen el peso y la importancia que tienen: sirven porque un día se hable y también porque el día siguiente ya no. El día empezaba a Mataró con un suicidio, precisamente. Llegaba el aviso a la redacción de esta casa y posterior confirmación vía Mozos del hecho, se imponía la consuetud deontológica que reza que de los suicidios no se informa. Menos de 24 horas antes el Hospital de Mataró acogía una jornada específica sobre las políticas de atención y prevención de la que salía una conclusión que puede parecer contradictoria con cómo actuamos desde los medios: "hace falta visibilitzar el problema de los suicidios porque ayuda a prevenirlos".
Hablamos con Rosa Hernández, coordinadora del ámbito ambulatorio de salud mental de adultos del Consorcio Sanitario del Maresme, que razona que "durante mucho tiempo el tema de los suicidios ha quedado cómo escondido. El suicidio daba miedo, parecía que no se podía hablar con la gente, que era una vergüenza y un tabú. Por suerte el paradigma va cambiante y el trabajo que hacen tanto profesionales sanitarios cómo diferentes entidades y asociaciones ayuda mucho a visibilitzar el problema, que siempre es prevenir. Si se habla sin vergüenza y se normaliza, será más fácil prevenir e intervenir".
Cada vez más suicidios
El alcance de la problemática a nivel social es creciente. Los datos hablan de entre 500 y 600 suicidios al año a Cataluña, con una curva que no para de crecer. Ya vendía en ascendencia de antes de la pandemia y con los efectos de esta a efectos de salud mental, la cosa ha ido además. En paralelo, pero, Hernández asegura que "también hay un aumento de consultas y la gente tiene menos miedo o es más capaz de pedir ayuda, de detectar elementos cómo la ansiedad o las ganas de morir". Las consultas por intentos de suicidios a urgencias han pasado de 4.500 el 2019 a 6.500 el 2021.
Los datos del Maresme son similares a buena parte del mundo. los paísos ricos tienen tasa menor, pero también tiene relación con otros factores. Cataluña estamos a 500 muertos por sucidir al año, casi 600 los ultims años, No hay diferencias a nivel de territorio con Cataluña y el resto del mundo, por más que por el impacto mediático de algunos de ellos (a la línea de Cercanías, hecho que origina titulares periodísticos que combinan el corte de tráfico con la consuetud de no informar, con algunos subterfugios incluidos) pueda parecer que son más o que trascienden en mayor medida.
El rol de las entidades
Rosa Hernández asegura que "jornadas cómo estas y programas cómo el que está implementando el Departamento con el Código Riesgo Suicide nos tienen que ayudar a doblar la curva de los suicidios, a romper este crecimiento". Y posa mucho en valor a asociaciones cómo Manso Amigas y su rol: " hay un activismo, asociaciones que hacen difusión y talleres y esto ayuda a que sea más fácil. La interacción de esta sociedad civil con el sistema sanitario es muy importante y antes parecía que no existía", valora.
Porque se trata de prevenir y de hacer equipo, cómo en la jornada mataronina. "Nosotros desde el sistema sanitario tenemos recursos, visita, trabajadores pero esta persona a quien atendemos a nivel comunitario puede tener estas asociaciones, que hacen grupos, formación.. y son una herramienta más para reducir riesgo". Al suicidio se hace frente, pues, entre las dos patas y la sociedad tiene que afrontarlo. Sin estigmas ni tabúes y abriendo el enfoc también a las familias de la persona que quiere o se intenta sacarse la vida: "Las familias a menudo quedan desubicades, hay asociaciones muy centradas en atención a los familiares, cómo pueden acompañarlos y qué factores de riesgo y protección pueden ayudar a detectar", remacha la psiquiatra.
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