El tripartito que desde hace un año y medio gobernaba en Vilassar de Mar se ha roto. Esta anochecer, ICV anunciaba oficialmente que abandonaba sus compañeros de gobierno, ERC y PSC, dejándolos en minoría. Según Josep Vargas, hasta hoy único regidor de ICV en Vilassar, segundo teniente alcalde y regidor de Platejament, Promoción de Viviendas y Régimen Interno, la principal causa del divorcio político ha sido la gestión del sistema de recogida selectiva de residuos urbanos (PAP). Nosotros estamos completamente de acuerdo con el execusió de este modelo de recogida, pero creemos que se tiene que reconducir porque se lleva muchas energías, una gran parte de los presupuestos y genera repulsivos, ha explicado Vargas.
Los ecosocialistas piensan que ofrecen soluciones factibles para reconducir la situación: hasta ahora nadie había manifestado la posibilidad de dividir los camiones de basura y en un mismo viaje recoger dos tipos diferentes de residuos, esto reduciría costes pero también supondría una reducción de la plantilla, hecho que no gusta al resto de miembros del gobierno. Otra propuesta de la formación es aumentar las tasas de basura de los comerciantes, actualmente cubierta por el resto de ciudadanos, puesto que el Ayuntamiento de Vilassar cobra una tasa de residuos superior al habitual. De esta situación, ICV señala un culpable, el regidor de Medio ambiente, Josep Roig (PSC).
La segunda causa de la ruptura del tripartito vilassarenc ha sido la intensa demanda por parte de ICV de la aprobación del Plan de Actuaciones Urbanas Municpals (PAUM). Los ecosocialistas proponían impulsar en esta legislatura la construcción de viviendas públicas de venta y alquiler y organizar unos bolsa de pisos privados de alquiler, iniciativas que no se han podido salir adelante por falta de voluntad del resto de miembros del gobierno. Finalmente, el tercer motivo, ha sido la división de las carteras, hasta hoy eran siete por el PSC, incluida la alcaldía, capitanejada por Pere Almera, una por ERC y otra por ICV.
Durante las últimas semanas la àmbient en la casa consistorial era tensa. Se había acabado todo diálogo, la situación se había hecho insostenible y en el último pleno llegamos a los insultos personales, ha explicado Josep Vargas. ICV considera que no han lanzado la toalla, sencillamente manifiestan que desde la oposición podrán trabajado más por el pueblo.
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