J. Camero

Albert Callos

La poesía y la vida, según Maria-Antònia Grau

Perfiles de los protagonistas del documental 'Nosotros, los maresmencs'

 Maria-Antònia Grau y Abadal es, sin duda, junto a Teresa de Arenys, una de las voces poéticas más destacadas de la literatura que ha dado el Maresme contemporáneo. Vinculada al Grupo Literario de la Fuente del Tornillo, de Premià de Mar y a la enseñanza de la Lengua y la Literatura Catalanas a Secundaria, su tarea literaria es un trabajo lento, minucioso, construyendo libro a libro y tardando los años que haga falta para darle contenido en el fondo y en la forma, en dirección contraria a los tiempos actuales de velocidades e imperfecciones.

En la obra de Maria-Antònia Grau hay un intento de capturar el instante, de acercarse a la vida con su belleza y a la vez momentos más difíciles, también un clamor de rebelión y compromiso que se codea con la investigación del Yo interior en el espacio y en el tiempo. Poemarios como Migajas, Y griega, Paraísos, Un poso de café al fondo de cada tarde o Nada es igual a nada, avalados por importantes premios y escritos sin ninguna más presión que el propio y autoexigent nivel de rigor o la necesidad interna,son testigos.

Grau escribe poesía desde el fondo del corazón, pero con un habilidoso dominio de cada una de las piezas del poema. No esconde influencias como Sylvia Plath, Ricard Crees o Maria Mercè Marçal, pero también es indiscutible que ha encontrado una voz propia, sólida y profunda a la vez, aquello más difícil de conseguir para un autor.

En la minisèrie documental Nosotros, los maresmencs, gracias a Maria-Antònia Grau recuperamos la maestría del escritor y activista cultural Valerià Pujol, de Premià de Dalt, fundador del Grupo de la Fuente del Tornillo. También recordamos aquellos años 80 en los cuales escribir en catalán de las cosas más cercanas y editar publicaciones y libros, era una actitud valiente y de compromiso.

Y desde este compromiso del intelectual con la lengua, la cultura, el país y el mundo, reivindicamos a la vez la obra literaria de Grau, que asume que experiencia vital y poesía van entrelazadas y nos aboca al pozo de la autenticidad, una alentada de aire fresco, de oxígeno, en un mundo que se desmenuza, que cambia constantemente.

Y para acabar, un pequeño poema suyo, del libro Nada es igual a nada:

NADA MÁS

Me he hecho un ramo de hierba luisa
y lo he dejado dentro del agua fresca
encima de la mesita.
Un levante mucho fin penetraba
en la cámara por el ojo adormilado
de la ventana. El día es de pan de oro,
tanto, que hace aclucar los ojos.
Cómo siempre el perro es a los pies
y un libro en las manos
como la mejor compañía.

Y muy mirado ya, nada más.

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