Después de unas semanas en las que los pescadores de Arenys de Mar cómo muchos en todo Cataluña-, lanzaban el pescado al agua debido al bajo valor económico queobtenían, la situación ha mejorado pero entre los pescadores tampoco impera el optimismo. Según explican, el precio del pescado sigue demasiado bajo y lamentan que hacerse a la mar los supone incurrir con pérdidas. Y es que en las últimas semanas 12 kg de sardina han llegado a oscilar entre dos euros y 70 céntimos de euro. El patrón de la cofradía mayor de Arenys de Mar, Mauricio Pulido, atribuye el descenso de los precios a un cambio en los hábitos de consumo: Las tendencias gastronómicas de los últimos tiempos han cambiado; ya no hay tanta demanda, la gente prefiere otras cosas. No podemos aguantar más y hay que hacer algo; es injusto que se paguen estos precios irrisoris, hay alguien que seaprovecha, dice el pescador Paco Molina.
De hecho, un estudio reciente elaborado por el Departamento de Agricultura, Ganadería y Pesca afirmaba el que todo el mundo esperaba: el puerto de Arenys de Mar fue el puerto catalán donde durando el año pasado más cayeron las capturas y, consecuentemente, los ingresos. Como medida de protesta, además de lanzar el pescado al mar, lo han llegado a regalar. El problema es general, es la oferta y la demanda el que lo determina y de momento tenemos demasiadas capturas y a la subasta traemos demasiado pescado, dice el secretario de la cofradía, Manel Almendro.
Una empresa podría comprar el pescado
La crisis al sector pesquero ha traído al gobierno municipal de Arenys a mantener constantes reuniones con pescadores, peixaters y otros afectados por esta coyuntura desfavorable. Una de las opciones que se han puesto sobre la mesa es la posibilidad que una empresa privada compre una parte del pescado a un precio establecido y el resto se destine a la subasta. La preocupación es muy alta porque los pescadores no es que no tengan ganancias, sino que tienen pérdidas. En las reuniones con los pescadores coincidimos con que una empresa tendría que contratar el pescado a un precio fijo, explica el alcalde de Arenys, Miquel Rubirola.
Aun así, esta solución todavía no es definitiva sobre todo porque el sector de los peixaters ya ha protestado. Según afirman, esta empresa podría significar un ejercicio de competencia desleal.
Comentarios