El Maresme da un paso decisivo en un proyecto largamente reclamado. El Consejo de Ministros ha autorizado este martes la modificación de los límites de gasto para que el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible pueda firmar el convenio con la Generalitat que debe financiar las actuaciones de mejora en la N-II y la C-32. El acuerdo pone cifra y calendario definitivos a los 384 millones de euros comprometidos por el Estado.
Una promesa que llega más de década y media tarde
La intervención en el corredor del litoral empezó a gestarse hace dieciséis años, a raíz de la cesión de la N-II a la Generalitat y del compromiso de que el Estado contribuiría económicamente a su transformación. Aun así, el proyecto quedó encallado durante años y algunos fondos iniciales nunca se ejecutaron.
Ahora, tras el pacto entre Estado y Generalitat en la Comisión de Inversiones de Infraestructuras celebrada en febrero de este 2025, el gobierno español ha desbloqueado el mecanismo que permitirá formalizar el convenio y avanzar con la financiación.
La transformación de la N-II, largamente reivindicada. Foto: R. Gallofré
Un calendario hasta 2032
Los 384 millones se distribuirán en ocho anualidades, con un despliegue progresivo que culminará en 2032, con 5 millones previstos para este 25, 24 para 2026, 70 millones anuales entre 2027 y 2030, y finalmente 60 y 15 para 201 y 2022. La mayor parte de la inversión llegará, por lo tanto, a partir de 2027, coincidiendo con la fase central de las obras.
¿Cuál es el objetivo?
El convenio prevé transformar la N-II, entre Montgat y Tordera, en una vía con menos intensidad de tráfico y con más carácter urbano. El planteamiento incluye la reducción de vehículos en superficie, nuevos espacios para peatones y bicicletas; y una integración más amable con los núcleos costeros.
Actualmente, por este tramo circulan unos 10.000 vehículos diarios. La voluntad es que buena parte de este tráfico se traslade hacia la C-32, liberando el litoral y permitiendo su “pacificación”.
Un enlace de la C32 en el Maresme
La C-32, pieza clave
En paralelo, el Departamento de Territorio trabaja en nuevos accesos a la autopista, con una previsión de inversión de unos 120 millones de euros. El objetivo es que la C-32 absorba más movilidad y facilite la reconversión de la N-II. Esta cuestión está siendo objeto de debate en el Maresme. De hecho, la Generalitat ha anunciado que no se hará el previsto en Canet, en respuesta a la presión de grupos ecologistas.
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