Mario González, el repartidor de la suerte en Caldetes
Mario González, el repartidor de la suerte en Caldetes

Cugat Comas

Mario González, el repartidor de la suerte en Caldetes

El vendedor de la ONCE que reparte ilusión en la Riera ha entregado 350.000 euros en premios del Cupón Diario: su gesto amable y su dedicación han convertido a Mario González una cara querida del pueblo

AMARGANT PATROCINI CABRERA (1)
 

Caldes d'Estrac despertó este 24 de octubre con una sonrisa colectiva. La suerte había hecho parada al municipio, y su mensajero fue Mario González, vendedor de la ONCE con punto de venta a la calle de la Riera, 28. En el sorteo del Cupón Diario del 23 de octubre, Mario repartió 350.000 euros en premios —diez cupones premiados con 35.000 euros cada uno—, llenando de felicidad un pueblo pequeño pero con gran espíritu de comunidad.

Como todos los vendedores y vendedoras de la ONCE, en Mario es una persona con discapacidad que forma parte de una red que combina la inclusión laboral con una función social de alcance nacional. Su trabajo diario, hecho con profesionalidad y optimismo, va mucho más allá de vender cupones: es una tarea de proximidad, de contacto con la gente, de hacer llegar un poco de esperanza y de ilusión a pie de calle. Cuando alguien se lleva un cupón, se lleva también un poco de ánimos. No solo para ganar, sino para compartir una conversación, una risa. En Mario cada mañana abre su punto de venta con la misma energía. "A Caldes ya me conocen todos. Y el mejor premio es ver como la gente se alegra, aunque no le haya tocado."

Un premio que llega al coro del pueblo

La noticia de los 350.000 euros repartidos corrió rápido por Caldes d'Estrac, donde muchos vecinos reconocen haber comprado el cupón "de Mario" alguna vez. "Es una persona encantadora, siempre atenta y positiva", comenta una clienta habitual. "Cuando supimos que había vendido los cupones premiados, nos hizo tanta ilusión como si nos hubiera tocado a nosotros." Caldes depende de la agencia de la ONCE a Mataró, que da servicio personalizado a 425 afiliados y afiliadas y cuenta con 112 agentes vendedores de los productos de juego de la organización. En todo Cataluña hay unos 2.500 vendedores, y en el Estado español más de 20.900, una red de personas que cada día salen a la calle para vender ilusión y, sobre todo, dignidad laboral.

El Cupón Diario de la ONCE, uno de los productos más populares, ofrece cada día un premio de 500.000 euros al número y serie, 49 premios de 35.000 euros y miles de galardones menores. Gracias a los terminales de punto de venta (TPV), los clientes pueden escoger el número que prefieran, manteniendo la tradición del cupón con la comodidad de la tecnología moderna.

Un modelo de juego responsable y solidario

La ONCE es mucho más que una lotería. Desde su fundación el 1938, ha consolidado un modelo de juego social, seguro y responsable, reconocido por organismos internacionales como la Asociación Mundial de Loterías y la Asociación Europea de Loterías. La organización establece controles estrictos para prevenir la adicción y garantizar un uso responsable del juego: prohíbe la venta a menores, el crédito a los jugadores y la publicidad que incite al consumo descontrolado. Los beneficios generados por el juego se destinan en programas sociales y de inserción laboral para personas con discapacidad, así como a proyectos educativos, culturales y de accesibilidad universal. Esto convierte cada cupón vendido en una pequeña aportación colectiva a la inclusión y a la igualdad de oportunidades. "Cuando compras un cupón, no solo juegas. Estás contribuyendo a que muchas personas tengan un trabajo y una vida autónoma", recuerda la ONCE que suele explicar que "detrás de cada número hay una causa que merece la pena".

Más que suerte: confianza y humanidad

Con su sonrisa franca y su presencia constante en la calle de la Riera, Mario González se ha convertido en una figura entrañable del paisaje humano de Caldes d'Estrac. Su quiosco es un punto de encuentro, un espacio de conversación y complicidad que rompe barreras y acerca la comunidad. Esta es la magia de la suerte cuando pasa por manos como las de en Mario: una suerte que no solo reparte dinero, sino también esperanza y confianza en la vida cotidiana. Porque, como recuerda a menudo la ONCE, el mejor juego es el que se vive con responsabilidad y solidaridad. Y Caldes d'Estrac, gracias a su "repartidor de la suerte", lo sabe mejor que nunca.


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