Los grupos municipales 9 SV, ERC, C's, PSC y PP de Sant Vicenç de Montalt ha presentado una moción de censura contra el alcalde Miquel Àngel Martínez y Camarasa (CiU). La propuesta se hará efectiva en un pleno extraordinario que tendrá lugar el 21 de septiembre a las doce del mediodía. El texto expone que el nuevo alcalde será Javier Sandoval Carrillo (PSC). La moción llega después del escándalo por las obras que Martinez Camarasa hizo en casa suya usando unos ladrillos que habían sobrado de una obra pública llevada a cabo a la población. Debido a este asunto el pasado mes de julio el alcalde también dimitió como presidente del Consejo Comarcal del Maresme.
El texto recuerda que las fuerzas políticas de la oposición pidieron la dimisión del alcalde "por los hechos publicados en diferentes medios de comunicación" y, sobre los cuales se pidió explicaciones al alcalde "sin que este fuera capaz de justificar ninguno de las presuntas acusaciones reflejadas en una grabación con un trabajador del ayuntamiento".
En esta línea advierte que el alcalde en ningún momento ha sido capaz de justificar "unos hechos que demuestran la utilización de material del ayuntamiento para hasta particulares". Desde el punto de vista de los partidos que presentan la moción, esta situación "invalida la autoridad moral que un dirigente tiene que tener para exigir que su ciudadanía respete las normativas, pague sus impuestos o sea respetuosa con todas aquellas instalaciones o propiedades municipales". A la vez, expresa que los regidores han perdido la "confianza" en el gobierno de Martínez Camarasa, con lo cual consideran que carece de "capacidad para llevar a cabo el gobierno de la población".
Obras con material del ayuntamiento
La polémica surgió después de que se haz pública la grabación de una conversación entre el alcalde y un operario municipal que ejecutó unas obras a casa del alcalde en 2011. Martínez Camarasa explicó que este empleado del Ayuntamiento hizo un arreglo a su jardín particular pero "fuera de su horario laboral". Aún así, admitió que el trabajador utilizó, sin su consentimiento, "doce ladrillos" sobrantes de una obra pública que según el alcalde "se tenían que tirar". El alcalde aseguró que el error fue no haber ordenado la retirada de los ladrillos un golpe conoció los hechos.
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