El juicio por el derrumbamiento de dos casas en Caldes de Estrac ha empezado este miércoles día 17 a los juzgados de Mataró cuando hace dos años que tuvieron lugar los hechos. Los afectados denuncian que la obra privada de la Fundación Palau causó el derrumbamiento, pero reparten responsabilidades, puesto que el Ayuntamiento propietario del terreno autorizó los trabajos. Una de las familias, según ha avanzado su abogada a la ACN, pedirá hasta 720.000 euros de indemnización, en los cuales se incluyen los costes de la reconstrucción de las viviendas.
Rehacer la casa derrumbada, los gastos generados por la pérdida del mobiliario, indemnizaciones por los gastos generados por el alquiler que asumieron los vecinos al perder casa suya y los daños morales. Todo este paquete ha sido valorado por la abogada de la familia López Rubió con 720.000 euros. La cifra es el que calcula que tendrían que percibir los afectados por el derrumbamiento de casa suya en Caldes de Estrac.
La abogada, Noelia Forquet, ha comentado que durante los últimos dos años se ha intentado llegar a una solución negociada entre las partes pero lamenta que esto no haya sido posible. "No ha quedado otro remedio que acudir a los Juzgados porque los afectados se merecen una solución", ha explicado. Los representantes legales de los otros vecinos afectados, la familia Barón, no han querido hacer declaraciones.
En cuanto al inicio del juicio, el actual alcalde de Caldes de Estrac y patrón de la Fundación Palau, Josep Maria Freixas, ha reconocido que a la iniciarse la obra no se había pedido ni licencia de obras, ni estudio de impacto. Aún así, el alcalde lo ha justificado diciendo que el proyecto va está en exposición pública en el Ayuntamiento y que nadie presentó alegaciones.
Casas antiguas
Por su parte, el arquitecto Josep Maria Pujol, que trabaja por el Ayuntamiento, y también como privado, ha defendido el proyecto de las obras de la Fundación Palau. Según Pujol, se llevó a cabo el procedimiento más seguro posible, puesto que no se tocó la medianera de la casa derrumbada al número 2 de la calle Santema. El arquitecto también ha apuntado a la posibilidad que las casses cayeran por su antigüedad.
En este sentido, Pujol comenta que en una visita hecha a una de las dos casas, a poco de haberse iniciado las obras, observó que el estado de conservación era "lamentable" y que yahabía grietas, fruto de la "poca cura" de sus propietarios. Esta explicación ha indignado a los vecinos afectados, que han tenido que contenerse para no levantar la voz durante el juicio.
Uno de los vecinos afectados, Javier López, ha explicado que las grietas empezaron a aparecer con las obras y que, en un primer momento, la Fundación Palau "reconoció su culpa" y tapó algunas de estas primeras grietas. López lamenta que tanto la fundación como el Ayuntamiento, pero, se desentendieran de su responsabilidad cuando se los cayó la casa.
El arquitecto Josep Maria Pujol ha rebatido esta afirmación y explica que el único que se los hizo fue pintarlos la fachada por una cuestión de 'imagen'. En este punto, Pujol se ha mostrado muy contundente: 'Al ver que pintábamos la fachada se pensaban que los arreglaríamos la casa, pero la casa se suya', ha sentenciado.
La primera sesión del juicio ha finalizado con los testigos de las empresas contratadas para hacer las obras de la Fundación Palau, que se han dedicado a defender su trabajo. Está previsto que el juicio se alargue dos días más y los vecinos esperan que la sentencia queresulte 'haga justicia'. 'Me pasado dos años muy malos y hemos tenido que marchar a vivir fuera del pueblo sin la ayuda de nadie', ha comentado Javier López.
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