El proyecto para construir un Bike Park con circuitos para bicicletas de montaña (BTT) en la parte norte del Turó de Cerdanyola, en el término municipal de Argentona, ha generado un fuerte rechazo entre las asociaciones de vecinos de Cerdanyola y La Llàntia en Mataró, barrios colindantes con el turó. Las dos entidades consideran que la instalación de una pista privada para la práctica de ciclismo de montaña en la finca agrícola "Can Balansó" amenaza esta zona forestal, un espacio que califican de "pulmón natural" de la zona.
El proyecto, impulsado por ALXAC 2023, S.L., quiere crear un espacio para la práctica formativa y recreativa de BTT y Biketrial para todas las edades y niveles, ofreciendo una actividad lúdica, deportiva y familiar al aire libre, con un enfoque también en la formación para escuelas. La ubicación escogida son parcelas de la finca agrícola de Can Balansó, situada al sureste de Argentona, cerca de la C-32 y del término municipal de Mataró.

Terreno afectado por el proyecto
Cómo será el Bike Park
Según figura en la memoria del proyecto, el parque contará con diferentes instalaciones para la práctica del ciclismo de montaña en un recinto cerrado
- Zona infantil de aproximadamente 50x25 metros, pensada para niños a partir de 5 años. Este espacio polivalente dispondrá de elementos móviles como pasarelas de madera, conos, pequeñas rocas y rampas, todos ellos de menos de un metro de altura, adaptándose a las necesidades de las escuelas de ciclismo.
- Pump Track, un circuito de inercia de unos 52x12 metros. Diseñado especialmente para bicicletas tipo BMX, este circuito circular de dos metros de ancho incorporará curvas, peraltes, badenes y los innovadores "dubies", ondulaciones en el pavimento con alturas de hasta 1,5 metros que prometen una experiencia dinámica y fluida. La base del circuito será de arcilla y sauló compactado, garantizando la seguridad en la práctica.
- Líneas de dirt, un conjunto de 6 o 7 saltos y 3 peraltes construidos con tierras compactadas, adaptándose a la topografía natural del terreno. Estas líneas, con rampas y recepciones de no más de 1,5 metros, permitirán a los ciclistas realizar acrobacias y descensos emocionantes.
- 8 senderos o caminos de diferentes niveles de dificultad, aprovechando la orografía existente, que se construirán respetando la topografía natural, con un sentido único de circulación y una mínima intervención en el terreno, garantizando una integración armónica con el entorno.

Ejemplos de los tipos de circuitos que habrá en el Bike Park
En cuanto a los movimientos de tierras, se detalla que no serán generalizados ni habrá talas de árboles masivas, solo aportaciones puntuales de tierras especiales para rampas, saltos y curvas de dimensiones controladas (entre 0.5m y 1.5m de altura), además de trabajos de limpieza de la vegetación existente para la prevención de incendios. Finalmente, se construirá una valla de madera rústica con malla metálica de 1,50m de altura, diseñada para integrarse visualmente en el entorno.
Según los impulsores, el proyecto se ha diseñado con la mínima alteración del paisaje y la máxima integración ambiental, manteniendo la topografía actual y la mayor parte de la vegetación. El objetivo, señalan, es recuperar un espacio privado actualmente en desuso agrícola y mejorar el equilibrio ecológico y paisajístico de la zona.
Miedo a perder "un pulmón verde y espacio de convivencia"
Estos argumentos, sin embargo, no han convencido a las asociaciones vecinales de Cerdanyola y La Llàntia, dos barrios de Mataró limítrofes con el Turó de Cerdanyola. Las entidades, en un comunicado bajo el lema "El turó no está en venta", han mostrado su "profunda preocupación" y "firme desacuerdo" con el proyecto. Los vecinos temen que esta iniciativa tenga un "impacto negativo directo" en sus barrios, principalmente por el uso intensivo de un espacio natural con fines lucrativos, que consideran que tendrá repercusiones negativas sobre la movilidad sostenible y la tranquilidad de la zona.

El ciclismo de montaña, deporte con muchos adeptos en el Maresme. Foto: Archivo
Las asociaciones subrayan que el Turó de Cerdanyola es un "pulmón verde y un espacio de convivencia" que debe preservarse como parque natural en su totalidad, independientemente de la división administrativa entre municipios, y afirman que el proyecto atenta contra el valor ecológico y social del entorno, que debe seguir siendo un espacio libre y accesible para el disfrute de la ciudadanía.
Por ello, han hecho un llamamiento a la movilización de todos los vecinos y vecinas en defensa del Turó, considerándolo un "deber colectivo" proteger este entorno. Este conflicto pone de manifiesto la tensión entre el desarrollo de nuevas actividades de ocio y deporte, y la preservación de espacios naturales percibidos como vitales por las comunidades locales.
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