Capgròs
Fèlix Millet como director de orquesta. A la izquierda, Jordi Montull al violonchelo. Daniel Osacar, contable de CiU al violín, y la empresa Ferrovial, a la trompeta. "Corrupción en C Mayor", se titula la viñeta, publicada ahora hace 10 meses, el 10 de marzo pasado, al diario Ahora. Una viñeta que, al ser compartida, le ha costado el trabajo a un mataroní, Antoni Llamas. La envió a un grupo de Whatsapp de compañeros de trabajo de la empresa donde trabajaba, Residuos del Maresme SL, propiedad en un 51% de Ferrovial. Y esta lo consideró una falta grave y lo suspendió de sueldo y trabajo. La situación estuvo a punto de acabar a los juzgados pero finalmente el trabajador y la empresa han llegado a un acuerdo y Llamas ha aceptado marchar con una indemnización de 45 días por año trabajado. La empresa asegura que ha sido despedido por motivos laborales y no por haber enviado el chiste.
La historia lo ha hecho pública el mismo diario Ahora, que publicó la viñeta el pasado 10 de marzo. Un día después Llamas compartió la imagen en un grupo de Whatsapp de trabajo. Un hecho, explica el mataroní al diario Ahora, que no tenía nada de anormal, puesto que era bastante común intercambiarse material de este tipo. Pero este golpe la imagen tocó el muelle del hueso, puesto que involucraba de pleno Ferrovial, propietaria en un 51% de Residuos del Maresme SL.
La reciente sentencia judicial del 'Caso Palau' da por probado que directivos de Ferrovial pagaban comisiones a cambio de conseguir contratos de obra pública, a pesar de que ninguno de estos directivos ha resultado condenado en prisión puesto que el caso ha prescrito. Ferrovial es, a través de la firma CESPA, el máximo accionista de Residuos del Maresme SL, una sociedad creada en 2016 de economía mixta, puesto que el 49% restante de la compañía es del Consejo Comarcal del Maresme. Ofrece recogida de residuos, gestión de desecherías y limpieza viaria adaptándose a las necesidades de cada ayuntamiento de la comarca.
Diez días más tarde de enviar el chiste por whatsapp, Llamas recibió una carta de la empresa donde se le notificaba una suspensión de sueldo y trabajo de tres días. La carta atribuía al trabajador una "falta grave" por haber enviado este chiste, puesto que entendían que era una caricatura ofensiva que ponía en entredicho la honorabilidad del Grupo Ferrovial. Llamas va recorrer la sanción al juzgado. Pero antes de que se celebrara el juicio por el caso, la empresa le ofreció una indemnización de 45 días por año trabajado, algo que Llamas aceptó.
Fuentes de la empresa explican a Capgros.com que el que se hizo es "aplicar el reglamento interno" puesto que el chiste suponía un ataque a la imagen de la empresa que le paga el sueldo. Aún así, desde la empresa constatan que si se lo ha acabado despidiendo es "por motivos estrictamente laborales" y no por la viñeta en cuestión. Recuerdan que el despido se ha producido varios meses después del incidente, y que no se ha llegado a celebrar ningún juicio.
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