La fundación de la Asociación de Antiguos Alumnos de las Escuelas Pías de Santa Anna de Mataró fue fruto del padre Josep Soler que era entonces su rector desde el año 1909. Cuatro años después de regir los destinos de la escuela Pia de Santa Anna se propuso la fundación de una entidad que refuerzas los lazos entre la escuela y los antiguos alumnos. La idea era reunir una vez al año en un día de convivencia fraternal retrovant-se los antiguos compañeros de aula y con l profesorado.
Se redactó un manifiesto donde se resaltaban estos vínculos sentimentales y de fraternidad el cual fue firmado por quince personalidades ex-alumnas de las Escuelas Pías de Mataró y que fueran:
Fr. Josep de Calasanç Vives y Tutó, Cardenal, oriunt de Llavaneres
P. Tomàs Viñas, Propósito General de las Escuelas Pías
Dr. Jaume Almera, Canónigo Dean de la S.I.C. de Barcelona
Francesc de P. Mas, Canónigo Magistral de S.i.vc. de Barcelona
Honorato de la Saleta, General de Brigada
Lluís Moret y catalán, Gobernador Civil de Badajoz
Josep M. Bartrina, Catedrático de la Facultad de Medicina, de Barcelona
Josep Puig y Cadafalch, arquitecto, historiador del Arte Románico
Álvar Maria Camín, abogado
Josep Castellano y Villano, capitán del vapor Reina Victoria Eugenia
Josep Garí, banquero
Narciso Marfà, fabricando de género de punto
Tomàs Colomer, fabricante
Pere Manén
Antoni Vila
A los tres años de su fundación la Asociación de Antiguos Alumnos creó el Museo Comercial Pedagógico (1916) con la destacada col•laboració del fabricante Josep Colomer y Volart. Para llevar a cabo esta empresa se creó una Comisión que estuvo formada por el P. Manuel Ladrara, P. Joan Torelló, Josep Pallars, Eugeni Ferrer, Francesc de Fàbregas, Joan Julià, Pere Manén, Joan Pequeño, Narciso Marfà y Josep Colomer.
La actividad central de la Asociación era la convocatoria de una asamblea anual que se llevaba a cabo por el otoño de cada año. El encuentro o asamblea consistía en una misa en por los antiguos alumnos y escolapios difuntos, una reunión o asamblea y finalmente una comida de hermandad donde brotaban los recuerdos más entrañables que los antiguos alumnos y sus profesores habían vivido en aquellas paredes.
Esta entidad tuvo unos años de esplendor a la posguerra por los años cincuenta y sesenta del siglo XX. Además del tradicional encuentro anual la actividad señera fue los cursillos de lengua catalana gracias a la colaboración del profesor Manuel Clariana. Mucha gente adulta aprendió a escribir correctamente nuestra lengua, desterrada por el régimen franquista. Hay que remarcar la tarea constante y abnegada de Josep M. Ferrer, secretario, y de Juli Cusachs, contador. También se organizaron conferencias, bailadas de sardanas, sesiones de cine-foro, ciclos de conferencias, recitales de la Nueva Canción Catalana, representaciones teatrales, exposiciones, concursos. Su boletín interno serviría para divulgar temas internos pero también otros de polémicos de interés local y general. Sufrió problemas con la censura informativa del régimen franquista que en Mataró estaba representada por Joan Comas y Pujol. Problemas relacionados con la presencia creciente de la lengua catalana o por su contenido de cariz progresista.
También ejerció una labor de cobijo, de dar una cobertura legal, a iniciativas como la Agrupación Sardanista (1962) o El Rescoldo (1965) u otros que canalizó a través de la propia entidad.
Con la recuperación de la democracia, después del 20-N de 1975 (día de la muerte del general Franco), la vida de la asociación se fue esllanguint. Su valiosa función de suplencia se había acabado y ahora ya se disfrutaba de un clima de libertad. La asamblea anual se seguiría celebrando durante unos años hasta que la entidad ha entrado en un estadio de hibernación.
Ahora que se conmemoran los cien años de su fundación vale la pena recuperar su historia.
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