Reivindicando una lengua
A principios del siglo XX, la Escuela se quedó sin subvenciones ni ayudas que se habían conseguido en años pasados. Primo de Rivera ordenó retirar cualquier ayuda en centros que tuvieran libros en catalán, como era el caso del centre escolapio: "el padre Josep Guanyabens tenía editados unos libros que contenían, al final, un folletín bilingüe que fue prohibido expresamente por Rivera; el colegio se negó a retirarlos y se acabaron las ayudas. También ordenó que el Ayuntamiento hiciera el mismo, provocando seguramente la primera y única confrontación con la administración local".
La escuela siguió adelante, igual que lo hizo durante la república. "Si una cosa tiene la experiencia de centenares de años, es que los escolapios tenían muy claro que el que tenían que hacer era dedicarse a la enseñanza y no a la política. Se visitó a Macià y se lo felicitó por la victoria, y se van trampejar las leyes sobre enseñanza que no permitían a las instituciones religiosas dar clases gracias a las creaciones de mutuas de padres que asumían la titularidad de la educación". Siguiendo avanzando por el siglo XX, se consiguieron recibir nuevas subvenciones en revueltas que la enseñanza privada hizo con el presidente de el gobierno Carrero Blanco al frente del tramo final de la dictadura. "Las familias, mediante impuestos, pagan por la enseñanza pública, si encima pagan a la privada se los costaba dos veces el mismo, por eso las escuelas reclamaron también ayudas que finalmente se aprobaron", explica el Padre Florensa.
Durante estos años se ha construido el mapa reciente de infraestructuras de las Escuelas Pías. El 1967 se acabó de construir Santa Anna Centro, completando la gran obra quehabía en este espacio y que inicialmente era una finca que se fue construyendo de tal manera que "nunca, en absoluto, se pararan las clases". Diez años después llegaría el Torrente después de firmar un convenio con las monjas que lo traían. Desde el primer momento se aportaron " profesores y alumnos al Torrente porque nohubiera separación entre el centro de las monjas y las Escuelas Pías, que todo fuera el mismo".
Pioneros en 30 años de vértigo
En las últimas tres décadas el crecimiento de la Escuela se ha mantenido con la innovación como uno de los factores clave. "Fuimos de los primeros al tener ordenadores", recuerda Florensa, hecho que corroboran otros profesores actuales como Josep Maria Codina: "Podemos decir que las Escuelas Pías pasó de la máquina de escribir a los ordenadores de un día por el otro, siempre con la voluntad de ir al frente en nuevas tecnologías". Y recuerda que "la escuela fue centre piloto experimental de la reforma educativa (CES), que permitió, entre otros cosas, diversificar el currículum (más variables y optativas)" . Pasas adelante en educación, también en infraestructuras. La escuela disponía a mediados de los 80 de las instalaciones de la Escuela Agrícola de Alella, el edificio de Jaume Recoder, el gimnasio de Ronda, el centro de cálculo ...
Por el director de la escuela, David Gallemí, otro de los elementos destacados de la escuela que permite tener más de 2.600 alumnos actualmente, se encuentra en el formato de los estudios, que siempre empujan a los estudiantes a tener nuevos hitos. Pone como ejemplo la formación profesional, capital a las Escuelas Pías: "hemos creado itinerarios profesionales (PQPI grado medio prueba de acceso grado superior) como la informática o los deportes; la idea ha sido siempre poder dar respuesta a todo el alumnado para incorporarse en el mundo laboral o seguir sus estudios hasta la universidad." "Que tengan referentes para seguir avanzando, muy similar al tema de la náutica o el comercio que se hacía siglos antes, responder a las necesidades de los alumnos", añade.
De la escuela de Mar al futuro
La escuela de mar, gran proyecto de infraestructura en 2002, sirvió en la Escuela para "ordenar y asearse", puesto que a pesar de que se cumplían las normativas al local de Jaume Recoder, hacían falta más espacios técnicos y disponer de unos "espacios perfectamente adaptados a los alumnos y no a la inversa". La idea, pero, es seguir creciente: "Siempre falta espacio, y si nos fijamos en la historia de la Escuela hay algo que late para sus adentros que hace que siempre se quiera crecer e innovar; un ejemplo es el nuevo espacio polideportivo de Santa Anna Centro, que mejora el equipamiento". Innovar, también, en educación: "Pensamos que hace falta un tumbo a la enseñanza, y lo decimos desde Escuelas Pías Cataluña: la sociedad está cambiante y habrá que conseguir una nueva organización más flexible, abierta, dispuesta a trabajar en red, eficiente y creativa, que permita dar respuesta a los retos de la escuela del siglo XXI".
Por Gallemí, el futuro seguirá ligado a la religión como no puede ser de otro modo. "La escuela es una institución al servicio de la sociedad, inspirada en el espíritu del evangelio, abierta a todo el mundo y arraigada en el país". Dentro del horario lectivo la escuela "imparte la materia de cultura religiosa para conocer nuestra religión y la diversidad otras tradiciones religiosas". El director recuerda que el crecimiento en los últimos años en la asignación de alumnos recién llegados no ha hecho tambalear el funcionamiento de la escuela, puesto que "ha sido y es una institución abierta a todo el mundo, inclusiva, respetando las maneras de pensar de todos los miembros de la comunidad educativa". La escuela ofrece fuera de horario lectivo la posibilidad que los alumnos participen en actividades de profundización de los "valores del evangelio, como por ejemplo: los grupos Muévete, espacios abiertos de plegaria, catequesi de niños y jóvenes, etc."
Codina comenta: "históricamente la congregación escolapia siempre lo ha puesto muy fácil a nivel ideológico, han sido muy abiertos y nada rígidos en estos temas que afectan a cada persona individualmente". Un ejemplo es el Padre Joan y su reciente multitudinario adiós, donde se recordaron sus palabras cuando fue llamado hijo adoptivo de Mataró : "He dado mi corazón y he procurado siempre escuchar a todo el mundo, tanto si me venían a llorar o a darme una alegría,sin cerrar nunca la puerta a nadie". Con este talante y manera de hacer hay también los ejes de la escuela, claramente definidos por Gallemí y que van más allá del simple estudio académico: "crecer como persona, convivir y aprender".
Comentarios