350 personas se bañan en el mar en el Año Nuevo en Mataró

Unas 350 personas han participado este lunes en el tradicional primer baño del año para recibir el 2024 en la playa del Varador de Mataró. Con una temperatura ambiente agradable, muchos se sumergieron durante un buen rato en el agua, que estaba a unos 13ºC, según la organización. Gorros de Papá Noel, diademas con cuernos de reno y faldas al estilo hawaiano fueron algunos de los elementos que acompañaron la clásica postal mataronense del primer día del año, donde el Centro Natación Mataró reconoció al bañista más joven, de dos años, al de mayor edad, de 89, y a la comparsa mejor disfrazada.

El encuentro reunió a los participantes en la playa del Varador con una meteorología excepcional para un primer día del año marcado por la buena temperatura y un sol radiante. Cerca de la orilla, César Campos jugaba en la arena con sus dos hijos, Itziar, de 9 años, y Gael, de 2. "Hace nueve años que venimos, desde que nació nuestra primera hija, lo hemos convertido en una tradición", explica César. Itziar ha ganado durante 8 años la copa a la participante más joven, un privilegio que este año cedió con gusto a su hermano, que debutaba en el agua.

La más veterana, Rosa Roca, se lo ha tomado como un día más en el año. "Tengo 89 años, y desde los 82 me dan la copa a la participante de más edad", dice entre risas. El orgullo de Rosa radica en que el primer baño del año es como los que lleva haciendo desde hace años y en cualquier época. Hoy, además, la temperatura del agua asegura que era muy buena, así que no le importó mojarse..

Los bañadores estuvieron acompañados de elementos como gorros de Papá Noel, números del 2024 en la cabeza o faldas, como en el caso de la comparsa ganadora. "Cuando llegamos a la playa nos encontramos una bolsa llena de cosas, la abrimos y había esto, y nos lo pusimos", dice en tono de broma José Luis Muñoz, detrás de unas gafas de sol gigantes que recuerdan al personaje de Pepe Gáfez de Alfons Arús.

Un baño corto, de unos quince minutos, pero intenso, que permite empezar el año con buen pie y con la circulación a pleno rendimiento. A pesar de la valentía, nadie se privó del chocolate caliente con melindros o magdalenas que la organización preparó al final del baño, según dicta la tradición.