La dictadura del general Franco estableció la Central Nacional Sindicalista (CNS). Fue más conocida popularmente como el Sindicato Vertical, desde su creación en el año 1938 hasta 1971. Era de afiliación obligatoria para empresarios y trabajadores y la única organización sindical reconocida oficialmente. A partir de 1971, con la Ley Sindical, pasó a denominarse Organización Sindical Española (OSE).
En junio del año 1975, cinco meses antes de la muerte del dictador, se celebraron elecciones sindicales, las últimas antes de la llegada de la democracia. La repercusión de estas elecciones fue importante, pues significaron la implosión del Sindicato Vertical franquista desde su interior.
La estrategia, inspirada por el Partido Comunista de España (PCE) y el Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC), basada en la infiltración del sindicalismo clandestino de las Comisiones Obreras (CCOO) en las estructuras del sindicato franquista, venía de lejos. Pero en las Elecciones Sindicales de 1975 hubo un verdadero asalto por la gran multiplicación de Candidaturas Unitarias Democráticas (CUD) en un gran número de empresas, incluso en sectores poco conocidos por su militancia, como los trabajadores de cuello blanco de las cajas de ahorros y de la banca.
La importante victoria de las CUD en las elecciones sindicales representó una demostración de fuerza de la oposición de los trabajadores y trabajadoras al franquismo, así como un impulso para la oposición política pocos meses antes de la muerte del dictador. Aquellas candidaturas se llamaban CUD porque a menudo debían enfrentarse a las candidaturas apoyadas por los falangistas del régimen o bien a candidaturas domesticadas por la patronal.
Las elecciones sindicales en el sindicato oficial y obligatorio se organizaban en tres niveles: 1) La Junta Sindical (conjunto de representantes elegidos); 2) El Jurado de Empresa (representación ante la empresa); y 3) La Unión de Técnicos y Trabajadores, representación provincial de cada rama.
La prensa oficialista -falangista, con el yugo y las flechas como logotipo- («Mataró, Periódico del Maresme») dirigida por Antonio Navarro Fargas, lo anunciaba en sendos números del diario, el 5 de junio, donde publicaba la convocatoria de las elecciones sindicales y las normas electorales: el martes, 17 de junio, señalando que se hacían el 17 y el 18 de junio.
El 17 de junio el diario publicaba el siguiente texto: "Tal y como estaba anunciado ayer, hoy y mañana, se están celebrando las elecciones sindicales en su fase de Enlaces Sindicales. Las urnas son las principales protagonistas de dichas jornadas, estimándose en muy alto el porcentaje de votantes. El censo total de votantes de Mataró y Comarca asciende a 43.054, habiendo sido proclamados candidatos 896, más los 3.027 de forma indirecta. Los Enlaces Sindicales a elegir suman 1.775".[banner-AMP_5]
El 19 de junio confirmaba que "En las mismas ha habido una gran participación, en especial en las empresas grandes con elevado número de personal. Cabe consignar que las impugnaciones han sido mínimas, no dándose a conocer hasta el día 23 del actual los resultados definitivos...".
Desde los nuevos Jurados de Empresa, en muchas empresas donde había organización de CCOO, sus militantes iniciaron una serie de cambios en las relaciones con la dirección de carácter más reivindicativo. También se utilizaron las herramientas del Sindicato Vertical, aunque no fuesen propias de la empresa o del sector, como la información sindical en solidaridad con otros compañeros y compañeras en huelga, o bien iniciar campañas de sensibilización en otros temas que no eran habituales en el sindicato franquista. Se lanzaron numerosas circulares (hojas informativas), ya que estas debían ser distribuidas por las empresas de forma obligatoria.[banner-AMP_6]
Aprovechando los resultados obtenidos y aprovechando las palancas legales, los representantes elegidos de estas candidaturas democráticas coordinaron la lucha contra la congelación salarial y la lucha por la amnistía, pues los militantes de CCOO fueron los más castigados por la represión franquista. Comenzaron a presentar batalla contra los franquistas del verticalismo, y como ejemplo tenemos que los enlaces elegidos correspondientes de Mataró pedían la dimisión del presidente nacional de la UTT de Banca (septiembre de 1975), o que la UTT del Papel y las Artes Gráficas expusieran sus reivindicaciones contra el régimen: reivindicación de sindicatos de clase y no estar mezclados con la patronal, por el derecho de huelga, etc. (octubre de 1975); la UTT del ramo de la Construcción pedía la Amnistía (diciembre de 1975). Paralelamente a toda esta labor de concienciación y movilización, se establecieron lazos de cooperación con el movimiento vecinal, para mejorar las condiciones de vida de los barrios de la periferia mataronense.[banner-AMP_7]
Con la acumulación de fuerzas alcanzada en estas elecciones sindicales, el calendario de movilizaciones del año siguiente, 1976, fue impresionante. En este año en España se acumularon más paros y movilizaciones que en el total del conjunto de Europa. Las manifestaciones de la Asamblea de Cataluña, "Libertad, Amnistía, Estatuto de Autonomía" del 1 y el 8 de febrero contaron con un grueso importante de los militantes sindicales antifranquistas. El mes de enero de 1976 está marcado en el calendario por la masiva huelga de la Construcción, y también por la huelga de los maestros. Los representantes del sector Textil y de Artes Gráficas hicieron apariciones públicas con nombres y apellidos como representantes de CCOO. En esta encrucijada hay que añadir la gran huelga del sector del Textil, que puso de manifiesto las graves deficiencias de estructura y la precaria organización económica y empresarial de este sector básico de la industria mataronense. Por si fuera poco, los trabajadores de la Telefónica llamaron a la huelga por sus reivindicaciones. Los trabajadores del sector del Metal comenzaron una huelga el 6 de abril con asambleas multitudinarias en el Velódromo. A finales de abril de 1976 el sector de la Construcción volvía a llamar a la movilización por la homologación del convenio provincial (días 28 y 29 de abril).[banner-AMP_8]
Sin duda, las elecciones sindicales de 1975 fueron un gran acierto en la estrategia sindical de CCOO, y fue el primer embrión de ruptura hacia una Transición democrática que comportara una democracia sin exclusiones y una Constitución con derechos, también laborales. La dictadura nació matando, como un acto de rebelión, y mató hasta el último momento. Es cierto que el dictador murió en la cama, pero la dictadura murió en las calles, y los primeros protagonistas fueron los trabajadores y trabajadoras organizados. No es casualidad que las extremas derechas, allí donde gobiernan, lo primero que hacen es atentar contra los derechos laborales y sindicales, junto con el ataque contra las leyes de igualdad feministas.[banner-AMP_9]
Fuentes:
Diario Mataró, 5 de junio de 1975, pág. 10
- Diario Mataró, 17 de junio 1975, pág. 1
- Diario Mataró, 19 de junio de 1975, pág. 1
- Ortiz Olmedo, Juan (2025). El Abrazo del PSUC, vol. II. Ed. Carena
- Revista Combat, núm. 34, enero de 1976
- Revista Combat, núm. 35, febrero de 1976
- Revista Combat, núm. 36, marzo de 1976