Las Santas son polémicas y esconden adentro suyo diferentes temáticas susceptibles de generar de nuevas, como si fueran unas matriusques rusas. Desde la presentación del cartel al programa de actas, pasando por novedades o carencia de ellas, todo a Mataró alrededor de la Fiesta Mayor es susceptible de generar tinta impresa, tuits encendidos u horas de conversación y disertación. Las del 2023, de Las Santas, se presentaron más tarde del que es habitual (apenas un mes antes de la fiesta) y vinieron con una novedad que ha hecho remover algunos de los actores y colectivos implicados en la fiesta. A alguien que no sea mucho de la cebolla es probable que los motivos del tira y afloja a las redes le suene a chino.
Más o menos la cosa ha ido así. Días antes de la presentación oficial de la programación, el Baile de Diablos de Mataró hacía oficial que organizaba un segundo acto propio dentro de la Fiesta Mayor, a añadir al Encendido. La Carretillada es el nombre de la nueva criatura y tendrá lugar el sábado 29 de julio a las diez de la noche a la Plaza del Ayuntamiento. Jordi Cantallops, presidente del Baile de Diablos de Mataró, explica que "será un acto muy visual y muy espectacular: haremos unos encendidos con mucha continuidad de fuego y mucha contundencia con los encendidos que nos son características".
El relato del acto es como una contrapartida del primer acto propio de la pandilla: "Igual que el Encendido es la llegada del Baile de Diablos a la ciudad con ganas de fiesta, muy valientes y xulos, la Carretillada es el contrario: una vez han sido vencidos se vuelven al infierno", relata Cantallops. La Carretillada es un acto que desde la entidad habían planteado en el Ayuntamiento desde hacía años. La pandilla, de hecho, lleva años pidiendo mayor presencia a los actos de la Fiesta Mayor y denunciando que los actos del séquito son cerrados más allá de las figuras y pandillas institucionales, propiedad del Ayuntamiento. Este año ha podido ser y nace la Carretillada.
Desde la concejalía de Cultura se defiende el nuevo acto porque va en la línea "de aumentar la participación de la fiesta para todo el mundo y posibilitar que más gente forme parte de Las Santas, que hace cohesión y comunidad: todo el que sea sumar es mejor para todo el mundo y la propuesta del Baile de Diablos va en la línea de abrir y hacer más participativas Las Santas", defendían en la presentación tardía de la programación. Pero este mismo argumento del carácter participativo de la fiesta, en su organización, los devuelve como un boomerang cuando las pandillas institucionales mascullan de cómo se ha gestado toda la organización de Las Santas 2023.
Cambio 'de facto' en el modelo
Cultura Mataró ha consumado este último año un cambio en el modelo participativo de organización de Las Santas. Para entenderlo fácticamente, hasta este año se había mantenido un esquema que, a pesar de que vaciado de capacidad decisoria, no dejaba de repicar el modelo de las últimas cuatro décadas. Un Plenario abierto y comisiones sectoriales como órganos propios del que se había conocido como 'Comisión de Las Santas'. Preparando las del 2023 no ha habido ninguno de estos elementos. Se convocaron unas jornadas de debate sobre temas concretos dos sábados y la presentación del cartel, siempre concurrida, pero sin formato de Plenario. También otro supuesto Plenario en el que la asistencia fue dirigida -es decir, a quien Cultura decidió convocar, todos de pandillas- pero que no se hizo público.
De hechos y de palabras, desde el Ayuntamiento se ha querido restringir la participación a los colectivos y entidades implicados directamente a los actos. Un tipo de multilateralismo radial, podría decirse. Y de este modo el acto nuevo de turno (en este caso La Carretillada) no ha pasado por Comisión, según denuncian las pandillas institucionales, que reniegan de este cambio de modelo.
A todo esto, el Baile de Diablos, afirma que "nosotros no entraremos en discusiones ni peleas. Nunca hemos pedido nada que perjudique a otras pandillas de la ciudad, ni que reduzca su participación, ni que limite su actividad. Al contrario, hemos defendido que la fiesta es del pueblo y que cabemos todos. Gracias a nuestro esfuerzo este año otros pandillas de la ciudad (Diablos de la Llàntia y Agobiados de Cerdanyola) se incorporarán a la escapada y nos alegramos mucho por ellos. Por otro lado, hace años que intentamos construir la cultura popular de la ciudad conjuntamente con otras pandillas", afirma su presidente Jordi Cantallops.

Reclaman participación, transparencia y un modelo de fiesta claro
Los últimos días, los diferentes perfiles en las redes de las pandillas institucionales (Diablesas, momerotes, dragones, Águila y Gigantes) han ido replicando una misma información en defensa del modelo festivo y de sus cimientos. Precisamente porque consideran que la actual política municipal no lo respeta. Portavoces de la comisión que integra las diferentes pandillas se quejan a Renacuajo que "el relato según el cual nosotros no volamos actos nuevos es una falacia, nunca hemos dicho que no volemos un acto nuevo pero decimos que la fiesta se ha construido alrededor de un relato y de un modelo que se tiene que respetar y que el Ayuntamiento parece que no sienta como propio". Y posan la introducción de los Renacuajos y la fiesta castellera de Las Santas como ejemplo "de trabajo para hacer encajar actos nuevos al programa, en beneficio de la propia fiesta". Estas pandillas se quejan de la carencia de criterio sobre la Fiesta Mayor (los intentos de redactar unos criterios o protocolos, diversos los últimos lustros, han estado todos infructuosos) y de la poca transparencia municipal a la hora de gestionar la fiesta. Y recuerdan como antes de la pandemia desde Cultura ya se propuso cambios sustanciales por la Fiesta Mayor como mover las habaneras del 24 o recortar actas y horarios. Y es que la mayor presencia de pandillas no institucionales en Las Santas a partir de ahora se fue tramitando, explican, reunión a reunión.
"El problema es que el modelo de la Fiesta Mayor, tanto de programa a nivel de relato como de participación en base al voluntariado el Ayuntamiento no se lo cree y no el defensa y así nos hacen pasar por malos y sectarios", se quejan las portavoces de las pandillas que insisten a decir que "esto no es una confrontación entre pandillas sino un tema de ciudad, que hay que explicar bien nuestra Fiesta Mayor y ahora no se hace". Explicar el modelo Ciertamente, el modelo de pandillas institucionales es bastante paradigmático de Mataró. Las figuras (contando también las Diablesas) son del Ayuntamiento y las integran personas voluntarias, bajo la responsabilidad municipal. Un detalle no menor que el Ayuntamiento ha ido limitando en otros ámbitos relacionados con la fiesta como los actos de calle o las barras de voluntarios como la del ron y la Juliana. Cuando las pandillas defienden explicar el modelo histórico de las últimas cuatro décadas de Santas explican que "estamos hablando de explicar bien el sentido de cada día de Santas, hacer pedagogía y tener los espacios de participación en los que poder debatir como cuando de un Plenario salió la iniciativa del 'Desvélate bien'", recuerdan.
Además posan sobre la mesa un acuerdo de Pleno Municipal de hace 31 años según el cual las decisiones respeto la Fiesta Mayor se tienen que tramitado en una comisión de Las Santas permanente. Esta, 'la permanente', fue una comisión que desapareció hace unos 15 años del modelo organizativo de la Fiesta Mayor de Mataró. En definitiva, la polémica no es tanto por La Carretillada sino por cómo lo ha tramitado el propio Ayuntamiento que, a criterio de las pandillas "tiene la participación mal entendida y fomenta el beneficio del privado en lugar del colectivo". Reivindican que ellos tienen que seguir siendo "solo los pies de las figuras" pero que hay que devolver a un modelo realmente abierto y participativo de comisión y de Fiesta Mayor, Ve por dónde, tanta polémica, y todo el mundo dice que rema en favor de la participación. Cosas de Santas, ciertamente. Y de un modelo organizativo que está en crisis.
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