Òscar Fernández

Al Hoceima, la otra zona cero

Un año después del terremoto que devastó la región marroquí, todavía hay familias que no han recuperado sus casas.

Observando las fotografías de los efectos del seísmo, parece que los relojes de A el-Hoceima todavía marquen las dos de la madrugada de aquel fatídico 24 de febrero del 2004. Se trata de otra zona cero de la cual ahora nadie en habla. Ahora, un año más tarde, todavía hay familias enteras que tienen que vivir en tiendas de campaña, sin tener acceso a los servicios mínimos que garantizan la seguridad y las condiciones higèniques.

La comunidad de rifenys afincats en Mataró vivió con especial angustia aquellos días de incertidumbre y confusión. “Truqué en casa pero no contestaban. El teléfono estaba cubierto por el escombro y no lo podían coger”, recoda con los ojos llorosos el representante del Collectiu de Rifenys de Mataró, Abdelhak Elhaddouti. A pesar de que lo suyos padres sobrevivieron, su hermana no tuvo la misma suerte y perdió la vida.

Desde entonces, Elhaddouti ha visitado la zona en tres ocasiones. La primera, el día siguiente mismo de la catástrofe para coordinar la distribución de la ayuda enviada desde Mataró. “Vimos como la ayuda internacional se iba acumulando al aeropuerto”, denuncia. Afortunadamente, el material enviado por las diferentes entidades mataronines pudo llegar a su destino.

Tanto el Ayuntamiento, como la Federación de Asociaciones de Vecinos de Mataró (FAVM) y otras entidades enseguida organizaron actas de apoyo a la zona afectada. Cómo apunta Elhaddouti, “nos reunimos la misma tarde. Enseguida pensamos en cómo podíamos ayudar”. La cuenta corriendo abierto a donaciones y el festival organizado a la sala Clap, supusieron la recaudación de unos seis-mil euros. Por otro lado, las actividades sirvieron para estrechar vínculos entre los rifenys de Mataró, que se trobaben en una situación límite. “La desgracia nos sirvió para unirnos más”, asegura el representante rifeny, que durante todos estos meses ha hecho de puente entre la comunidad mataronina y Al-Hoceima.

Futuro pesimista
Las nevadas del pasado mes de enero han ayudado que la situación actual que se vive a A el-Hoceima sea crítica. Las ayudas gubernamentales son del todo insuficientes y en pueblos como Tamassint se organizan manifestaciones de protesta casi a diario. Según Elhaddouti, “el gobierno no ha sido nunca correcto. Ha querido tapar los ojos de la opinión pública”. La Fundación Mohamed V por la Solidaridad ha sido la encargada de coordinar la ayuda que recibió el pueblo marroquí, con una gestión “con muchas irregularidades”, según Elhaddouti.

“Se usa la ayuda internacional para construir infraestructuras turísticas”, denuncia la coordinadora del proyecto Tamassint, Maria Zaloña. El ejército marroquí intimida la población con la utilización de la fuerza para reprimir las manifestaciones, según Elhaddouti.

Como consecuencia, muchas familias se han visto obligadas a abandonar la zona para buscar más estabilidad, debilitando la estructura económica local. Según este rifeny, “nadie es optimista, porque desconfía de las prometidas del gobierno”.

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