El 40% de las cinco millones y medio de rosas que se venderán por la fiesta de Sant Jordi de este año serán producidas en el Maresme. Al menos esta se la previsión por la fiesta de Sant Jordi, que se celebra este domingo, realizada por el Mercado de la Flor y Planta Ornamental de Cataluña. Se trata de una estimación oficial muy similar a la de los últimos años, tantoabanica de rosas como en porcentaje de las presentes al mercado cultivadas en la comarca. No obstante, otras fuentes del sector aseguran que la producción autóctona tendrá una presencia mucho más minoritaria; incluso auguran que tanto sólo rondaría entre un 10 y un 20%. Cada temporada se menciona este 40%, pero la realidad es que, año tras año, desaparecen productores de rosas a la comarca, afirma Salvador Floriach, el mayor productor del Maresme (este año tiene previsto producir entre 450.000 y 500.000 rosas tanto sólo por la Fiesta). 
 El vicepresidente del Mercado de la Flor y Planta Ornamental, Joan Vila, reconoce que cada vez quedan menos cultivadors de rosas a la comarca, puesto que lo tienen muy complicado para competir con los productores internacionales. Vila teme que suceda el mismo proceso que se sufrió a con el cultivo de fresas y el clavel, puntals económicos del Maresme que acabaron desapareciendo asfixiados por la presión del mercado globalizado. Cómo que la producción local va a la baja y no puede dar respuesta a la demanda de rosas, que cada año va en aumento, cada vez nos llegan más rosas de fuera, explica Vila. 
 Proceden sobre todo de Holanda, el mayor mercado mundial, pero también de Kènia, Tanzania, Colombia o México. El clima tropical, la mano de obra barata, la inexistencia de aranceles y el bajo precio del transporte aéreo son, entre otros, los factores que ayudan a la rosa extranjera a establecerse en el mercado catalán. No obstante, la gran calidad de la rosa maresmenca (una flor fresca, que perdura y que no sufre las inclemencias de los viajes) todavía es un valor añadido respecto a la competencia: Las rosas que venden de África o la América Latina no acaban de satisfacer los catalanes, puesto que se trata de flores muy aparentes pero que se mantienen frescas muy poco tiempo, asegura el presidente del Gremio de Floristas de Cataluña, Lluís Vilagran. 
Cambia el punto de abanica
 Desde el sector no se ve como un problema muy grave que la fiesta caiga en domingo: Se venderán el mismo número de rosas de siempre, el qué cambiará serán los puntos de abanica, explica Vilagran. Las paradas y floristerías ubicadas en las zonas de oficinas de las grandes ciudades quizás seresentirán, mientras que las situadas a zonas dondepredominan la primera y segunda residenciasaldrán beneficiadas. Algunos productores, pero, no lo ven igual. El propio Salvador Floriach asegura que los mayoristas están más parados que en años anteriores; además, cree que las floristerías no se la jugarán, porque al caer la fiesta en domingo tienen miedo de que los quede género sin vender. 
Para todos los bolsillos
 Como cada año, la rosa roja dominará las abanicas (90% de la cuota de mercado). La estrella de este año será la Lovely Red', una variedad autóctona muy espectacular, estilizada, de un tono rojo subido y de tallo sin espinas. Es una flor que puesto que se tiene que recoger cuatro días antes de ponerla a la abanica, puesto que no aguanta a los frigoríficos, así que tampocoabundará al mercado. Por estos motivos, será la variedad con un precio más elevado; puede llegar a los 12 euros la unidad a las floristerías. Cómo siempre, pero,habrá opciones para todas las economías. A las paradas de calle se podrán encontrar rosas por 2 euros y a las floristerías el precio normal se sitúa entre los 5 y 7 euros la unidad, dependiendo de la presentación y la variedad. El precio de abanica al público aumenta año tras año, mientras que lo abanica al por mayor tiende incluso a la baja, asevera Joan Vila.
    
    
    
            
                            
                
            
                             
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                            Tintada de moratónA pesar de que el rojo parece imposible de batir, las rosas otros colores toman protagonismo. Destaca la rosa azul, una flor tintada artificialmente (no existe ninguna variedad de rosa natural de este color) que desde hace dos años está teniendo bastante salida. Joan Vila explica que el éxito de esta nueva variedad responde a la tendencia de parte de la clientela, sobre todo de la gente joven, a desmarcarse de la tónica habitual de Sant Jordi. Al mercado también se pueden encontrar rosas blancas, amarillas o de color rosa. La mayoría, en todo caso, se siguen utilizando para hacer composiciones florales
Un trabajador del cultivo de Floriach transporta las rosas.
                        
            
            
            
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