Interesando doble propuesta la que presentó el pasado viernes la sala Clap, dentro del ciclo de Músicas Tranquilas. La cita estaba protagonizada por Anímico y Joan Colomo, que presentan discursos musicales muy diferentes pero a quienes los une ser dos de los nombres más respetados de la música 'indie' confeccionada en Cataluña. La fórmula resultó exitosa y dio pie a una gran noche, en qué Anímico y Colomo mostraron todas sus virtudes, sin esconder tampoco algunos de sus defectos.
El primer turno fue para Anímico, un sexteto -los músicos prácticamente nocabían al escenario de la sala pequeña del Clap- proveniente de Collbató que se caracteriza por su folk delicado, preciosista y con repuntes de gran intensidad. Ferran Palau y Louise Sansom se encargan de las voces. El primero, en catalán, y la segunda, en inglés. Los temas liderados por Palau recuerdan a la canción tradicional mediterránea, con reminiscencias medievales, mientras que Sansom, que hace gala de una voz nítida, poderosa y muy natural, se mueve en un registro folk-pop más expansivo y luminoso. Anímico presentaron su tercer disco, Hannah, pleno de canciones de aires enigmáticos, con unos arreglos y juegos de voces muy cuidados que supieron trasladar al directo a la perfección. Temas como 'Ataúd', '1979' o 'Blue eyed tree' sonaron brillantes. Anímico tienen un potencial enorme para moverse en las mejores ligas, con poco a envidiar a bandas de talla internacional, pero da la sensación que los miembros del grupo, introvertidos a escena y poco ágiles en el enlace de los temas, todavía no se lo acaban de creer.
'Showman' Colomo
Pasada la medianoche, con un frío que pelaba de puertas afuera, llegó la hora de la estrella de la velada, Joan Colomo. Guitarrista de The Unfinished Sympathy, líder de La Célula Durmiente y, desde hace un par de años, sorprendiendo cantautor punk (así se definió él mismo en una entrevista reciente a 'El Radiocassette', de Mataró Radio), Colomo se ha convertido en la nineta de los ojos del sello Bcore y del indie estatal. Con su cara de niño y peine de genio despistado, tiene talento para dar y para vender. Gran guitarrista y mejor compositor, capaz de tocar prácticamente todos los palos y de beber de múltiples fuentes sin asemejarse a nadie. Y cuando sube al escenario,añade la faceta de showman, que prácticamente eclipsa todo el resto.
Acompañado de teclado, bajo y batería, Colomo se centró en su último disco, Producto interior bruto, con temas tan destacados como 'Mágico' o 'Pirotecnia Barata', a pesar de que también rescató piezas de 'Contra todo pronóstico' (2009), como por ejemplo Pájaro o 'Un comino'. Canciones cortas y de apariencia inocente, que emplean catalán y castellano para lanzar un discurso nihilista, y que huyen del indie más trillado para abrazar sonoridades muy variadas, con repuntes caribenys, rumberos y de cabaret. Perlas pequeñas y delicadas que no fueron fáciles de degustar en directo, puesto que Colomo y su banda las desgranaron acompañadas de gags, monólogos hilarants y versiones irónicas de Shakira, Paulina Rubio, Amaral y quienes le eructó en aquel momento. El público del Clap le rió todas las gracias (porque realmente eran cómicas) y va amotllar-se al decurso anárquico, imprevisible que fue tomando el concierto. Sin norte, los últimos compases de la actuación derivaron en astracanada. Es evidente que a Colomo no le gusta tomarse demasiado seriamente a sí mismo, y esto lo dota de una candidez y simpatía saludables, pero también hace que las gran canciones que col•lecciona seressenteixin y brillen menos del que merecerían en directo.

El grupo Anímico
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