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Salva Fernández

Antònia Font contra una noche fría de verano

El grupo mallorquín presenta su nuevo disco en un concierto en el Parque Central que contó con un ambiente demasiado frío

Una noche más fría del que es habitual por Santas y un escenario, el Parque Central, más vacío del que uno recuerda si piensa en la Fiesta Mayor mataronina y en la noche del 25. Bajo estas premisas, Antònia Font presentaba 'Lamparetes', un disco redondo de principio a fin, con catorce canciones de catorce espléndidas que no supo conectar con un público demasiado frío y apático. Hecho sorpresivo y extraño, más que nada porque a pesar de que el ritmo de Lamparetes no es tanto potente como otros grandes clásicos del grupo mallorquín, sí tiene momentos que animan a cualquiera. Empezando por el primero Me sobran palabras, una canción que por sí sola tendría que hacer botar al público. Pero este, como el cielo nublado que cubría el Parque Central, parecía escuchar otra cosa.

Entre los que habían adoptado una postura contemplativa, poco adecuada por un concierto de Antònia Font y menos todavía por el pistoletazo de salida de las santas, y los que se contagiaban de este inmovilismo, fueron pasando una detrás el otro las canciones del nuevo disco. Cómo en el CD, en orden cronológico y enlazadas entre ellas para dar sentido de continuidad al concierto. De hecho, seguramente es la única manera de hacer que temas reflexivos y pausats como Abraham Lincoln o Pioneros tengan cabida en un concierto en directo. Musicalmente, los mallorquines estuvieron a la altura de las expectativas.

El compendi de melodías, matices y detalles que tiene el nuevo disco se recrearon sin ningún tipo de problema sobre el escenario. Desde el cantante Pau Debon –suerte de él intentando animar la fiesta- recreando el tramo de canción que se hace a la inversa dentro del disco (Islas Baleares), pasando por el Piano cayendo de se Empire States, ningún detalle se dejó escapar. Por la memoria quedará ver una flauta dulce, la misma que ha martirizado a padres y madres cuando los niños han tenido que tocarla en casa por culpa de las profesoras de música de la escuela, sobre el escenario para acompañar Sospechosos, la última canción del disco nuevo que sirvió para animar un poco el ambiente. Sólo un poco.

Porque no fue hasta que se repasaron los grandes éxitos clásicos de Antònia Font que se calentó el Parque Central. La lluvia había amenazado durante algunos ratos con finas gotas, y la cosa fue además justo cuando se disponían a tocar 'Alegría'. Algunos podían pensar que el concierto se suspendería por precaución. Otros esperaban que lloviera todavía más a ver si se adoptaba postura de rociada tal y cómo se merecía la ocasión. Antònia Font debía de pensar como los segundos, y echaron de repertorio para conseguir que, al menos, la gente más cercana al escenario se sintiera de Fiesta Mayor. Interacción con los asistentes, una actuación de Pau Debon sobre el escenario que luchaba contra todo y canciones como Alpinistas-Samurais, Mecanismos, En Rusia o la eterna Wa Yeah! Por el final dejaron Calgary 88, una de las nuevas canciones que seguramente seguirán tocando de aquí cinco años.

Con tanta experiencia al última, a poca gente puede decepcionar un concierto que combinara algunos de los mejores temas del grupo –siguen olvidándose en los directos de varias canciones imprescindibles- con un nuevo disco que se ha convertido en uno de los mejores trabajos que han realizado. Pero a pesar de esto, faltó conexión todavía sin saberse muy bien porqué. Posteriormente el dj David Oleart llegó disfrazado de hippie al escenario (mientras Pau Debon recogía sus enseres) para ofrecer una sesión Flower Power de los años 70 y 80. Pero esto ya es otro tema. Y otro registro.

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