El civismo es un elemento clave para mejorar la calidad de vida y preservar y fortalecer los valores democráticos, y el capital social, un valor a potenciar para hacer que mejore el funcionamiento de la sociedad. Son las conclusiones de los expertos que jueves, día 22, participaron a la primera de las conferencias dentro del ciclo sobre "La democracia en el ámbito local", organizada por el servicio de Participación del Ayuntamiento. La conferencia, que reunió una veintena de personas a la Nave Gaudí, contó con la participación del catedrático de ética Norbert Bilbeny y el responsable de temas de participación del Ayuntamiento de Barcelona Ramon Nicolau, entre otros.
Bilbeny reflexionó sobre la incidencia que tiene el civismo en la sociedad actual, un civismo que actualmente "no se enfoca en el sentido que tenía tradicionalmente de construcción política sino de reacción contra muestras de incivismo". Según Bilbeny, hay que "concienciar la ciudadanía y los responsables públicos, administraciones y entidades, que vale la pena trabajar por el civismo". "No sólogana el conjunto de país, sino cada particular que encuentra más calidad de vida y un reforzamiento de los valores democráticos", añadió el catedrático de ética, que en declaraciones a los medios también recalcó el importante papel que la escuela y la familia tienen en la promoción del civismo. En este sentido, apuntó el hecho que algunas ordenanzas o medidas que aplican los ayuntamientos y otras administraciones "pueden llegar a ser contraproducentes e incluso incíviques", puesto que con un exceso "de reglamentarisme" que no vaya acompañado con una educación desde la escuela y la familia "no arreglaremos nada".
Por su parte, Ramon Nicolau se centró en el papel que las asociaciones tienen en la sociedad y planteó como uno de los retos actuales lo de fortalecer este "capital social", entendido como el entramado de entidades y relaciones que ayudan a hacer funcionar la sociedad. "Hace falta que aprovechamos este capital social y entre todos el estiércol más fuerte", explicó Nicolau. El secreto, según el responsable de participación del Ayuntamiento de Barcelona, no es tanto el promover la creación de nuevas asociaciones sino potenciar el asociacionismo y, sobre todo, hacer que las entidad "aprendan a trabajar con sinèrgies y ayudas mutuas". "Muy a menudo una asociación no puede mantener un ateneo o un casal pero puede compartir este local con otras entidades, y si se comparten espacios y proyectos se fortalecen las redes sociales", reflexionó. Por eso, cree Nicolau, las administraciones han "de acompañar los proyectos pero no protagonizar, imponer o usurparlos". "A veces a cada asociación que se presenta a una subvención se le mujer un poco de ayuda económica pero esto fomenta que se dividan", dijo Nicolau, que es más partidario de crear redes y federaciones y promover la coorganització de fiestas de barrio, de programas para jóvenes, o de acciones de atención a mujeres maltratadas. "Son cosas que no hace falta que haga la administración sola sino que pueden cooperar los sectores público y privado, si es hace con afán de servicio público"

-
Comentarios