Cómo quien no quiere la cosa, el gobierno Mora ha perpetrado recientemente un par de decisiones que atentan directamente contra la política que llevaba por lema "que todo Mataró sea Mataró" (Baron dixit) en el que se resumía la voluntad de igualar los estándares que calidad de vida y el acceso a los servicios públicos por el conjunto de ciudadanos de Mataró, vivan donde vivan. Hablo del desmantelamiento del modelo de policía de barrio, impulsado a principios de los noventa por el regidor Remigi Herrero y consolidado años después en el marco del despliegue del nuevo modelo policial catalán, y de la supresión de la atención por la tarde a las oficinas de atención ciudadana abiertas a los barrios hace unos años. Las dos acciones tienen como hilo conductor la excusa de la "racionalización" en tiempo de crisis y de carencia de recursos públicos como la que vivimos, el que -cómo veremos- es falso, y tienen un deix de "acuerdo interno" (no ha generado protestas de los trabajadores municipales) que -cómo veremos también- no deja de ser sospechoso.
Policía de barrio
En el primero de los casos, el ayuntamiento plantea una desviación de los agentes destinados a la policía de barrio a un nuevo turno por la noche por la mayor necesidad de recursos. Olvidan, quizás, que el turno por la noche comporta importantes pluses y que una acción así es difícilmente reversible: hay jurisprudencia que impide el ayuntamiento de cambiar los turnos por razones organizativas si no hay consentimiento o petición de los agentes. Y nunca ha habido ninguna petición. Olvidan, también, que el convenio con los Mossos d'Esquadra (2002) permite el patrullatge conjunto, y que los dos comparten carta de servicios (2003) que obliga a unos estándares comunes de respuesta. Justo es decir que la policía autonómica tiene competencias directas en seguridad ciudadana y la local las tiene de forma secundaria, a pesar de que es el ámbito de actuación que más ha crecido los últimos años, a pesar de que un 75% de los cuales son preventivos. Por cierto, ¿la carta de servicios es vigente? ¿Se ha pedido a los Mozos más cooperación -si hace falta- por la noche? ¿Es cierto que -como se ha dicho- la noche acumula el 80% de los delitos y faltas, dato que no sale en ninguna estadística oficial? ¿Cómo es que el nuevo modelo no se ha debatido al si del Consejo Municipal de Seguridad y Prevención?
En cambio, los requerimientos de seguridad del momento que vivimos piden, seguro, más policía de barrio, más atención a los hechos cotidianos y a sus riesgos en seguridad, más presencia y servicio a los comercios, en las calles y en las plazas, más agentes a pie. La reciente manifestación a Rocafonda reclamaba esta atención, justo en el momento de haberse menguado. La acción policial, y lo digo por experiencia, es obligado que se acompañe de más atención política: más cooperación entre los agentes sociales del barrio (el Consejo Territorial es un buen ámbito... ahora muy poco utilizado), horas y horas de reuniones -con las orejas muy abiertas, dispuesto a cualquier crítica y con respuestas- con vecinos -no siempre asociados- de estos barrios. Y con políticas integrales. La seguridad no es un hecho aislado del conjunto de acciones necesarias para mejorar nuestros barrios. Lo sabemos muy bien en Mataró, donde primero con el Plan Integral -por ejemplo, a Rocafonda-, después con las ayudas europeas y acabando con la Ley de Barrios (que el gobierno Mas corrió a derogar), sabemos que va entrelligada a la política de equipamientos, de cohesión social, educativas o de reformas urbanas.
Atención ciudadana
La segunda noticia que hemos conocido estos días es que el ayuntamiento cierra las oficinas de atención ciudadana descentralizadas por la tarde. Esto quiere decir que un ciudadano que vive en el barrio de Cerdanyola, por ejemplo, tendrá que bajar hasta la Riera sin quiere recibir atención personalizada después de las 3 de la tarde, cuando esto lo podía hacer hasta las 7 a cinco o diez minutos de casa suya, echando largo.pueden aducir dos argumentos. El primero, que aquella hora es la de menos atenciones. Y, ciertamente, es así. Pero el sistema permite que, justamente, en el tiempo con menos atenciones sepuedan derivar las visitas concertadas, la ingente tarea de back office u otros tipos de atenciones (respuestas, telefónicas, etc...).
El segundo argumento es la de la "racionalización" de los menguantes recursos. Cuando se creó la primera oficina de atención ciudadana, a principios de la anterior década, recuerdo muy bien que se hizo sin incrementar ni en una sola plaza la plantilla existente, partiendo de un análisis de cargas de plazas de atención al público repartidas a diferentes oficinas municipales y reubicant-las a la oficina única, integral, que evitara desplazamientos a los ciudadanos. Bien, pues ahora, años después, el ayuntamiento y sus organismos disponen todavía de un margen en este sentido. No todos los puntos de atención se racionalizaron "" y algunos de nuevoshan aparecido. Tengo bastantes ejemplos del qué digo. Si las personas que en un horario igualmente ridículo, con un ámbito de atención mucho más segmentado y con un nivel de formación perfectamente adaptable pasaran a formar parte de un equipo de atención ciudadana, que puede atender en cualquier de los ámbitos, preparado, accesible más horas y perfectamente localizado cerca de casa, no nos costaría ni un ral y no habría que tener que cerrar ninguna tarde. En los barrios, está claro.
Probablemente, un modelo policial ajustado a los recursos existentes, pero orientado al que nos hace falta de verdad, y una redistribución de los recursos humanos destinados a la atención ciudadana para ofrecer un horario mejor por los usuarios comportaría fricciones, negociaciones y acuerdos (o desacuerdos) con los trabajadores municipales. Pero gobernar tiene precisamente estas cosas: saber qué eliges a la hora de decidir.
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