una de las jornadas de Futbiot celebradas.
una de las jornadas de Futbiot celebradas.

Biot Foundation, el deporte para mejorar la calidad de vida de niños en vulnerabilidad

Biot Foundation nació en el Maresme ahora hace cuatro años de la mano de Marc Pastor y Anna Bacaria. Desde hacía tiempo estaban involucrados en proyectos de cooperación en Guinea Ecuatorial y fruto del que vivieron en el ámbito de la cooperación educativa decidieron crear una fundación pensada para "mejorar la calidad de vida de niños y adolescentes en situaciones de alta vulnerabilidad y exclusión". "Una tarea a desarrollar en países en vías de desarrollo pero también en zonas de desigualdad muy acentuada en Cataluña", apunta Pastor. La fundación, constituida oficialmente al 2015, cuenta con tres programas de actuación. Uno de ellos es FutBiot, torneos de fútbol entre alumnos de escuelas que cuentan con "unas normas diferentes, donde se potencian los valores humanos". La idea es que se ganan dos puntos por victoria, pero también para formar un equipo mixto (1 punto) y dos puntos para cumplir "parámetros de comportamientos y valores".

"Esto hace que los niños y niñas estén motivados porque hay tres puntos que no tienen nada que ver con la competición, y se generan elementos muy positivos en el torneo", añade Pastor. Esta es una herramienta "muy útil" porque "los niños recuerdan las jornadas con alegrías, y esto permite interiorizar el que queremos trabajar; cuando voces la estampa del Futbiot, todos los niños unidos, voces que se crean vínculos y esto es muy importante". Por eso hay muchos ayuntamientos que van al detrás de una cita que actualmente se disputan en Olot, Reos y Arenys de Mar un golpe cada año (con participaciones de entre 250 y 450 niños por jornada). Pastor añade que cuando crezca la Fundación intentarán hacer crecer esta jornada a otros municipios, como por ejemplo en Mataró, una opción que está sobre la mesa.

La Fundación también trabaja con el programa SOMOS, dedicado a realizar extraescolares basados en fútbol y teatro para trabajar valores y emociones. "Se hace dos tardes a la semana en colaboración con ayuntamientos y hay un 70% de plazas reservadas a niños y niñas de servicios sociales, centros de discapacitado, de acogida o de las escuelas... Mientras que el resto son abiertas". Lo hacen así porque "no queremos crear guetos de niños con problemas, sino fomentar la inclusión social". Este programa se hace alrededor de las escuelas porque es donde se pueden detectar casos "que están al umbral pero sin caer en la exclusión social, y esto se detecta en las escuelas".

Por último, trabajan con el programa Binemombo: atención íntegra a niños y niñas de centros de acogida, y orfanatos durante el verano y Navidad en la África (Guinea Ecuatorial, Ghana y Gambia). Gira alrededor del fútbol y se busca trabajar los valores. Al 2016 se creó un equipo del orfanato de Guinea para trabajar el concepto de familia.

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La sonrisa eterna de la Biot

La Fundación recibe el nombre de Biot, una niña de siete años que a pesar de haber sufrido maltratos y violaciones de parte de su familia, entró al orfanato donde cooperaba Pastor con una sonrisa, abrazos sinceros y ganas de vivir. La madre reclamó la custodia pasado el verano y la niña desapareció. "Fue mucho llevar y me planteé que estaba haciendo con mi vida". Pero esto acabó siendo el impulso por una Fundación que nació con la misión de ayudar a otras Biots de todas partes.

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