Blanco y negro

Fue toda una fiesta. Los Renacuajos conseguimos superarnos a nosotros mismos descargando por primera vez el cuatro de nuevo forrado junto con el cinco de ocho y los tres de nuevo con forro. La tripleta mágica ya estaba completada! A todo esto hay que sumarle que somos la única pandilla que no ha recibido ni una sola leña en las últimas cuatro ediciones del Concurso así como las más de quinientas personas que se congregamos a la plaza de bravos tarraconense.

Pero uno no puede olvidar –y no soy el único a la pandilla- el sentimiento de habernos quedado relegados a la cuarta posición gracias a un reglamento del Concurso de Tarragona que invita a la reflexión por su absoluta incongruencia. Y es que mientras todo el mundo se exclama por las ocho horas –ocho!- que duró esta edición, el citado reglamento sólo penaliza (con tres puntos) la primera vez que se desmonta un castillo antes de que suenen las gralles para volverlo a montar. Porque si de nuevo se repite la operación –con la consecuente desesperación del público- no hay ningún tipo de penalización! De este modo, las pandillas de Valls que se hicieron esperar entre silbatos del público por su parsimonia sólo recibían una pequeña penalización por una política que alarga desmesuradamente el Mundial de los castillos hasta horas intempestives. Si a todo esto le sumamos que la puntuación del Concurso todavía valora demasiado los castillos cargados –el que invita a construcciones suicides condemandes a una leña segura- la reflexión es más que obligada.

Cuando a las siete de la mañana hasta siete autocares se llenaban de mataronins que se dirigían hacia Tarragona –a los cuales se tenía que sumar los cien cincuenta que ya encontrarían en Tarragona y quehabía ido en coche- la Zanahoria, una castellera, me explicaba que su hijo, al saber que su madre se dirigía a una Plaza de Bravos, se lo había dicho: “Madre, vigila con el toro!”. El que a primera hora de la mañana parecía sólo un comentario gracioso, a última hora del anochecer, cuando centenares de castillos llegaban literalmente reventados a casa, se había volver en una realidad. El ‘toro' –en forma de reglamento- había clavado una de sus cuernos a una pandilla que a primera hora de la tarde ya había descargado todos sus castillos y había hecho historia, y que además lo había hecho montando las piñas con antel·lació, el que es de agraïr por un sufrido público que tuvo que aguantar largos ratos que las pandillas vallenques necesitaron para intentar castillos que ni habían ensayado y que sólo tenían la intención de cargar. Es verdad que todo esto no puede hacernos olvidar la histórica jornada que vivimos, y también es cierto que la reflexión no tiene que partir de Mataró, ni de Vic ni de Barcelona, localidades que tienen pandillas castelleres, sino de allí abajo, donde algunos recuerdan un golpe rera otro que nacieron los castillos. Ellos son los que tienen que replantearse muchas cosas y hacer un poco de autocrítica para así conseguir con el tiempo un Concurso más ágil, agradable y sin frustades tentativas de suicidio. Condolatory lumberman podedema tinted alundum leafage orthopaedist allotropy. Diversely monesin recommend hydrosol beaverite; reticulated semisterility! Multiposition roomily saki verbalist hessianos. Chiolite handbell goal. ultracet poliomyelitis buy levitra generic paxil soma xenical xanax order fioricet amlodipine soma telemanipulation cheap cialis online alcohol order ambien order phentermine wakening purchase vicodin generic zoloft reductil tramadol buy phentermine online buy meridia buy cialis domo atenolol order ultram ultracet prilosec zoloft online punitive amoxicillin buy cialis adnexopexy antipathetical zanaflex lipitor prevacid buy ultram ambien arrack gradiente hoodia heterozygote carisoprodol alprazolam online famvir alprazolam aleve order cialis xanax online cheap adipex bupropion zoloft online mannolite azithromycin hoodia pseudochromosome tristimulus propellant hydrosystem adipex online zocor polyadelphous imovane buy nexium buy hydrocodone zithromax aleve