La pandemia ha impactado fuertemente en el ámbito de los buses urbanos en Cataluña, que han visto como la demanda se ha reducido considerablemente durante el 2020. Así, en los municipios adheridos a la Asociación de municipios por la Movilidad y el Transporte Urbano (AMTU) los buses urbanos han sufrido en conjunto, durante el 2020, una reducción de la demanda del 41% en relación en 2019.
A partir del análisis de 29 municipios representativos del AMTU, los datos indican que en la mayoría de transportes urbanos la reducción de la demanda se ha situado en la franja de entre el 35% y el 50%. Es el caso de Mataró. La capital del Maresme ha visto reducida su demanda un 38% y se sitúa en la zona baja de esta lista. Es decir, entre los municipios que, a pesar de ver que bajaba la demanda, han visto cómo se producía de manera menos acentuada. En otras poblaciones catalanas, la bajada ha sido mucho más notable. Es el caso, por ejemplo, de otras localidades del Maresme; Vilassar de Mar y Cabrera (45%) y El Masnou (47%). Muy lejos todavía, de todos modos, del registro en Vilafranca del Penedès, que encabeza la lista con un caída del 73% interanual.
Las restricciones de movilidad impuestas por la pandemia han frenado, de hecho, la tendencia a la alza que se había iniciado al mes de enero de 2020 con un 5% más de demanda, y que en febrero ya era del 7% más que en 2019. Con la llegada del confinamiento, y a pesar de que la prestación del servicio no se paró en ningún momento, en el mes de marzo se produce una reducción drástica de la demanda (-52%) en el conjunto de los municipios del AMTU, que llega a sus valores más altos en los meses de abril (-90%) y mayo (-81%). A partir del mes de julio, en cambio, empieza a haber una cierta estabilización, con reducciones de entre el 30 y el 40% respeto el año anterior, cifras que se mantuvieron hasta final de año.
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