Caja Laietana y lobra social
Caja Laietana sigue avanzando en su disolución como entidad de ahorros y transformación en una fundación especial tutelada por la Generalitat. El último paso de este complejo proceso ha sido el cese de la actividad del Consejo de Administración de la entidad y de su presidente, Josep Ibern. De este modo, se avanzaron una semana al que marca el Real decreto aprobado por el Gobierno central, que obliga a todas las cajas que participaban en bancos que ha nacionalizado el Sido –cómo es el caso de Caja Laietana con Bankia- a convertirse automáticamente en fundaciones especiales tuteladas por la administración a través de una comisión gestora. A través de esta comisión, se denominarán los nuevos gerentes de la entidad. De este modo, Caja Laietana, que ya ha perdido todo su negocio financiero –empantanegat por el conflicto con las participaciones preferentes, que ha afectado muchos mataronins- quedará convertida en una entidad administrada por el sector público. Su objetivo principal será el de gestionar toda su obra social. Tiene que ser a través de esta nueva Fundación donde se encuentren los mecanismos para garantizar la continuidad de equipamientos tan importantes para la capital del Maresme como la Biblioteca o el Ateneo, y patrimonio como la casa Coll y Regàs. La transformación en una fundación de carácter especial es una medida especialmente pensada para proteger y mantener arraigada en el territorio la obra social de aquellas entidades que han perdido el control del negocio financiero. Después de todo, este tiene que ser ahora el principal objetivo de todos los agentes implicados en Caja Laietana, puesto que será prácticamente la única misión que le quedará, y Mataró no se puede permitir el lujo de prescindir de los frutos que la obra social ha dado en la ciudad.
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