Calas de Palamós y el poblado ibérico de Castell

Cerca de Palamós se encuentran pequeñas calas con encanto como cala Margarida, se Alguer o cala de Castell. Destacan las típicas casetas marineras de cala Margarida y las antiguas barracas de pescadores de cala se Alguer. Aquí no es posible llegar en coche. Parece muy bien que el tiempo se haya parado y que las casetas de los pescadores se hayan entregado de cualquier intervención humana, permaneciendo intactas y alimentando inspiraciones artísticas.
En esta salida acabaremos la excursión con la visita al poblado ibérico de Castillo y en total andaremos unas dos horas y media.

Se sale de Palamós, población comunicada con la Bisbal d'Empordà por la carretera C-31 y con Sant Feliu de Guíxols por las carreteras C-31 y C-253. Fijamos el punto de partida al Pedró, arriba del casco antiguo, hacia la punta del Molino. Se baja desde la parte superior del paseo del Puerto Nuevo, por la izquierda del Puerto Náutico, y después se sube por la carretera de la Oscuridad.

A los 10 minutos, donde se encuentra el indicador del GR-92 (sender de Gran Recorrido), se baja por un caminet que remonta después. Se bordea la valla de un camping y se baja por un camino pedregoso. Cuándo habremos andado un cuarto aproximadamente, llegaremos a cala Margarida y se sube por un pasillo con escalones desde las casetas hasta el aparcamiento. Se continúa por la acera de la pista asfaltada y se remonta por el camino que se dirige al pinar.

Accederemos a la cabeza Gordo, indicado por un piló, a los 25 o 30 minutos de trayecto. Seguiremos el GR pasando por el lado de una pequeña edificación y empezaremos a bajar. Transcurridos unos 40 minutos reseguiremos todo el paseo desde el extremo sur de la bahía de la Oscuridad y subiremos por las escaleras que bordean el mar. Junto al castillo de Santo Esteve de Mar, en ruinas, hay que bajar a raíz del agua.

Al pinar de en Gori, casi a la hora del itinerario, hay que tomar el camino que discurre por encima de las antiguas casetas de pescadores de se Alguer. Y un golpe a la cala de Castell, a la cabeza de una hora y 10 minutos, atravesaremos la playa borde el mar, dejando el GR, hasta llegar a un camino claro que se ensarta hacia sano Cobertera.

A la hora y cuarto se llega arriba de sano Cobertera, donde hay el poblado ibérico de Castell, dividido en dos terrazas. Destacan unos muros ciclopis que forman calles.