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Cerdanyola: un barrio lleno de carencias y potenciales

El Ayuntamiento y los vecinos trabajan en un plan integral para atacar los defectos de un barrio con problemas urbanísticos y sociales, pero también para potenciar las virtudes y oportunidades

Cerdanyola es uno de los barrios con población más empobrecida de Mataró, pero también tiene un comercio que otras muchas zonas de la ciudad envidian. Su urbanismo es en algunos puntos caótico, pero también disfruta de esos como la avenida Puig y Cadafalch llenos de vida y muy agradables para el paseo. Muchos bloques de pisos necesitan una reforma urgente, pero es uno de los barrios mataronins con uno de los índices de resiliencia más altos: los vecinos sequedan a vivir en ninguna parte de marchar. El sentimiento de pertenencia de sus residentes es muy elevado, un orgullo de ser cerdanyolenc que no se ha perdido con la llegada, en los últimos 15 años, de población recién llegada de orígenes y culturas muy diferentes. Un barrio complejo, pero pleno de vida, con la edad mediana de población más joven de toda la ciudad. Cerdanyola dista de perfecto, las carencias son múltiples, pero sus virtudes y potenciales forman una lista todavía más larga.

Es desde esta perspectiva inicial que el Ayuntamiento y los vecinos han empezado a trabajar en el Plan de Actuación Integral de Cerdanyola. Un plan que a la fuerza tiene que ser ambicioso, puesto que abarca un gran territorio y una elevada cifra de población; si Cerdanyola fuera un municipio independiente, sería el segundo más grande del Maresme, con 30.826 habitantes según el último censo disponible. "Es un barrio con muchas carencias pero también muchos potenciales", explica el regidor Miquel Àngel Vadell, presidente del Consejo Territorial de Cerdanyola. Vadell presidió la semana pasada la primera mesa de trabajo del proyecto, que reunió políticos y técnicos municipales con representantes de entidades del barrio. Plegados quieren dar forma a este Plan integral, actualmente en fase de diagnóstico, que ha nacido como instrumento de intervención y de mejora de diferentes ámbitos del barrio.

Indicadores socioeconómicos negativos

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Por qué Cerdanyola requiere más atención, en forma de plan especial, que otro barrio de la ciudad? "Algunos de los indicadores más desfavorables de la ciudad se concentran aquí", relata Jordi Merino, técnico municipal. Por ejemplo, la CABEZA de Cerdanyola Sur se encuentra entre los cinco centros de atención primaria de Cataluña con unos indicadores socioeconómicos más bajos. Hay "condiciones y lógicas que no funcionan adecuadamente", como dice Merino. Expresado de otro modo, bolsas de pobreza y marginalidad mucho más elevadas que la media municipal, que van totalmente en contra de la idea de una ciudad cohesionada que se prevé en proyectos como el Mataró 20/22. A los bajos ingresos, al elevado paro y a una diversidad de orígenes y culturas que puede hacer más compleja la convivencia a las calles y fincas, sesuma un urbanismo bastante complejo y patologías diversas en los edificios de viviendas. Los vecinos también denuncian la sensación de inseguridad que se vive en las calles -en especial en algunos cruces de Cerdanyola Sur donde abunda el tráfico de drogas a pequeña escala- y la suciedad y desorden, de la cual a menudoculpan tanto al Ayuntamiento como a los propios residentes por carencia de civisime. No es, en definitiva, un panorama sencillo.

Los ecos de la Ley de Barrios

Cerdanyola fue uno de los beneficiarios de la Ley de Barrios, aprobada en 2004 por el gobierno tripartito de la Generalitat para incidir en aquellas barriadas con problemas socioeconómicos y estructurales. El impacto en este sector de Mataró, que recibió una inversión de 7,5 millones de euros, fue sobretodo urbanístico, con proyectos exitosos como la reurbanización de la avenida Puig y Cadafalch o equipamientos como el Casal de Abuelos Oriol Batista o el centro de formación permanente Tres Rocas. Cerdanyola Norte, con su urbanismo casi imposible de calles estrechas y empinados, vivió numerosos arreglos de sus viales y cruces. Pero Cerdanyola Sur casi no se benefició de este proyecto. "Seguramente desde la óptica de hoy lo habríamos enfocado diferente", resuelve Merino. Las grandes oleadas migratorias que se vivieron precisamente a principios de la década pasada, que han convertido Cerdanyola hoy en el barrio con más población de origen extranjero a la ciudad, sumado al impacto brutal de la crisis económica de 2008 y años posteriores a la ciudad, que hizo daño sobre todo en aquellos barrios más empobrecidos, han cambiado el panorama de una década acá. Y hoy las prioridades son otras.

La "musculatura" de Cerdanyola

Todos estos elementos negativos aparecerán en el diagnóstico que se está haciendo, pero se contrarrestarán con los múltiplos potenciales que tiene el barrio. "Tienen que ser nuestra musculatura", dice Vadell. Por ejemplo, el elevado nivel de participación ciudadana, que toma forma con una red de entidades muy rica y diversa y muy arraigada. También lo es la gran cantidad de centros educativos, con el instituto municipal Miquel Biada al frente, que se quiere convertir en un referente de la formación profesional dual en Cataluña. Cerdanyola también acogerá el primer instituto-escuela público de la ciudad, de 3 a 16 años; será a Tomás Viñas a partir del curso próximo. Centros que acogen los niños y adolescentes del barrio más joven, por media de edad, de toda la ciudad, hecho que contrasta con otras barriadas donde el envejecimiento de la población es notorio. El comercio de proximidad es uno de los grandes potenciales de Cerdanyola. "Los vecinos nos dicen a menudo que encuentran todo el que necesitan en el barrio", relata Vadell. Esta sensación de zona autosuficiente es capital para potenciar el sentimiento identitario: muy a menudo los cerdanyolencs tienen orgullo de barrio, y difícilmente quieren marchar a vivir en otra zona de la ciudad. Los datos del Ayuntamiento apuntan a un índice de rotación muy alto (cambios de domicilio) pero en la mayoría de casos siempre dentro del mismo barrio. Cerdanyola es un barrio con personalidad, con una historia propia muy marcada que sus vecinos quieren conservar y revivir, como se ha demostrado con la iniciativa reciente de crear un archivo histórico en la torre de Can Palacete. Esta identidad cerdanyolenca ha ido cambiante a lo largo de los años, sobre todo con la llegada de población extranjera, pero la convivencia entre comunidades ha sido, hasta hoy, bastante mejor que en barrios con casuísticas similares otras ciudades catalanas.

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