Al estand de los Amigos del Obispo Godayol a la Muestra de Entidades hay colgadas unas cuerdas con nudos entremedias de fotos de la prelatura de Ayaviri. Es un quipu, unas cuerdas que utilizaban los incas para comunicarse. El hombre que hacía de correo trayendo el quipu arriba y abajo era el chasqui, el encargado de traer buenas noticias. El quipu colgado al estand cruzó el Perú por los cuatro lados en tiempos de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, trayendo el mensaje que el horror de los años 80 y 90 no volviera a repetirse. Ahora yo tengo que ser un chasqui: tengo que llevar buenas noticias del sur andino al primer mundo, explica el obispo Joan Godayol al fotógrafo Pere Masramon.
El día anterior, Godayol, Masramon y la periodista Pilar Garcia han ido a recoger el premio de Periodismo Joan Gomis por un reportaje sobre la tarea del obispo en el Perú aparecido a la revista Mataró Report. Es el pretexto para recordar los días que pasaron plegados a la prelatura el verano de 2005. El que más me sorprendió recuerda el fotógrafo- fue la gente que encontré, muy alegres y muy concienciados y también la multitud de proyectos que se están llevando a cabo: casas de acogida, comedores populares, un hogar para deficientes, etc.
La tarea de Masramon no era sencilla. A la cultura andina, sobre todo la gente más grande, tienen miedo que los hagan fotos porque los parece que los están robando el alma. Según el obispo, la clave fue su conexión inmediata con los indígenas: en Pere y su xicota no fueron espectadores ni curiosos, sino que se implicaron tanto que se metieron dentro de su cultura.
A partir de ahora, a los dos los esperan cambios. Godayol se traslada después de Reyes a una comunidad de los Salessians en el Tibidabo: después de 45 años, yo hubiera querido continuar allá, pero a mucha altura no podía ser por problemas de salud y después de que no me donéssin ninguna prelatura de la costa decidí volver a mi tierra. Masramon, por su parte, marchará también a principios de año en la franja de Gaza para un nuevo reportaje fotográfico.
El día anterior, Godayol, Masramon y la periodista Pilar Garcia han ido a recoger el premio de Periodismo Joan Gomis por un reportaje sobre la tarea del obispo en el Perú aparecido a la revista Mataró Report. Es el pretexto para recordar los días que pasaron plegados a la prelatura el verano de 2005. El que más me sorprendió recuerda el fotógrafo- fue la gente que encontré, muy alegres y muy concienciados y también la multitud de proyectos que se están llevando a cabo: casas de acogida, comedores populares, un hogar para deficientes, etc.
La tarea de Masramon no era sencilla. A la cultura andina, sobre todo la gente más grande, tienen miedo que los hagan fotos porque los parece que los están robando el alma. Según el obispo, la clave fue su conexión inmediata con los indígenas: en Pere y su xicota no fueron espectadores ni curiosos, sino que se implicaron tanto que se metieron dentro de su cultura.
A partir de ahora, a los dos los esperan cambios. Godayol se traslada después de Reyes a una comunidad de los Salessians en el Tibidabo: después de 45 años, yo hubiera querido continuar allá, pero a mucha altura no podía ser por problemas de salud y después de que no me donéssin ninguna prelatura de la costa decidí volver a mi tierra. Masramon, por su parte, marchará también a principios de año en la franja de Gaza para un nuevo reportaje fotográfico.