A la entrada de la ciudad palestina de Nablus hay un check point israelí que ha sido uno de los más duros de Cisjordania. Un check point siempre es desagradable, es un espacio que araña el paisaje: polvo, fragmentos de piedras improvisan estructuras defensivas provisionales, soldados apuntan al corazón de la gente como si todo el mundo fuera potencialmente peligroso, coches militares blindados y bonyeguts circulan aleatoriamente sin tener en cuenta quién hay delante. Y las estrictas normas que los regulan varían a cada check point, según el día o según el soldado de turno. Todo el interior de los Territorios Ocupados Palestinos (no sólo a las fronteras) está pleno de check points que impiden la población palestina vivir con normalidad.
Recuerdo un día que el ambiente era especialmente tienes. Centenares de personas de todas las edades esperaban desde hacía cuatro horas bajo el solo. Ante séu, una impenetrable barrera con militares nerviosos y agresivos. Esta escena humillando da una idea la situación: un soldado se peleó con un conductor, el cual tuvo que acceder enfadado a sus órdenes y hacer que su madre de 80 años, coja y grasa cruzara el check point a pie y no en coche.
Me puse a la cola de los hombres esperando una larga odisea. Pero los palestinos que me rodeaban me animaron a que no fuera tonto y que fuera por la cola rápida, o sea la que cruzan las mujeres, las personas grandes y discapacitadas... y los extranjeros! Los hombres, lejos de estar tensos, bromeaban intentando averiguar mi origen y me llamaban "faransi" (francés), "italianïi" (italiano), "sbaniolïi" (español). Los respondí "sbaniolïi". España es un país que sugiere simpatías a Palestina y continuaron todavía más excitados: "Barça", "Madrid". Cualquier persona a Palestinasabe del Barça y del Madrid cien veces más que yo, y los seguí la broma: "Barça". Enseguida los fans palestinos del Barça se pusieron a llamar como locos "Barça, barça", mientras que los del Madrid silbaron. Se improvisó una fiesta casi surrealista, muy habitual entre palestinos debido a su sentido delhumor.
Entré a la zona donde los militares revisaban los documentos. No nos miraban la cara, nos empujaban y nos trataban a gritos. Uno de los soldados me arrancó el pasaporte y lo miró. Le cambió la expresión. "Barcelona?". "Yes". Me miró cómplice: "Barça, the best fútbol team!". Yo sólo quería salir de aquel infierno y le respondí "Yes, yes, OK!" Me dejó pasar llamando: Welcome tono Israel.
Por cierto un pequeño detalle... Nablus está en medio de Cisjordania, bastante lejos de Israel.
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