Jueves, día 2, ocho del anochecer. Teatro Tívoli de Barcelona, en la céntrica calle Caspe, donde Comediantes presenta Las mil y una noches hasta el 19 de marzo. Uno de los actores de la obra, el mataroní Mia Castellví, recibe renacuajo a la entrada de la sala, a la calle Caspe. Se trata de uno de los teatros con más solera de Barcelona, con una capacidad para 1.300 personas. Hoy, pero, apenas se llenará media platea, a pesar de tratarse de una función con números redondos, la que hace cien.
La primera se hizo el junio de 2005 en Córdoba, en castellano, después de haber preestrenat al festival de Pozuelo. Desde allá empezó una gira que los ha traído por todo el Sido Valencia, Bilbao, Madrid y Andalucía, donde los han recibido especialmente bien y también afuera fueron al festival de Siracusa, en Sicilia. Pero la cosa no acaba aquí, porque en agosto estrenaron la pieza en catalán en Peralada, versión que se ha ido simultaneando con la castellana. La dificultad de cambiar de chip ha hecho que en algunas funciones hayan mezclado frases de las diferentes versiones.
El mataroní se muestra muy satisfecho de haber participado en una gira de estas características, a pesar de haber llegado a pasar 24 días fuera de casa. Medio en broma, comenta que ha aburrido los aviones: « Mira que a mí coger el avión me gustaba, pero...he cogido tantos....!», exclama.
Inicios en el aula de Teatro
Mientras sigue el ritual de cada función vestirse y maquillar-se, Castellví recuerda sus orígenes al teatro. Con doce años, el 1986, entró al aula del Patronato de Cultura con Carles Maicas y Feliu Plasencia. Después pasó por Colax y Sala Cabañes -a pesar de que no ha hecho los Pastorcillos!-, participó en la serie de Televisión de Mataró Boca abajo, estudió al Instituto del Teatro y al acabar se dedicó a hacer teatro infantil por las Espanyes con Transeduca.
La oportunidad de trabajar a Las Mil y Una Noches con Comediantes salió a través de un casting, el febrero del año pasado, a la época en que participaba a muerte sin sepultura, de Sartre, al Teatro Guasch. De una primera selección de cien cincuenta personasquedaron finalistas veinte chicos y veinte chicas de los cuales tenían que salir los cinco chicos y las tres chicas que aparecen en la pieza. A La viña de Canet de Mar el quarter general de Comediantes-, la alma mater de la compañía Joan Font los sometió a un llevar entrenamiento y al acabarse llegó el momento de la verdad. A Castellví le comunicaron que interpretaría el papel de Alí aparte de otros pequeños personajes, uno de los cinco chicos que junto con tres chicas protagonizan la pieza todos provenientes del Instituto del Teatro excepto Txè Arana-. Y a partir de aquí se pusieron a trabajar fuerte hasta el estreno, un proceso en el cual intervinieron los miembros de Comediantes cabe de los cuales aparece a la obra- coordinados de nuevo por el propio Font. En Joan Font tiene mucha energía, es una persona quepone mucha marcha. A nivel de director está muy bien porque te deja hacer y a la vez te apreta para sacar algo más del que tienes, explica.
«Quince minutos», dice una voz en off. Al pasillo de los camerinos los actores prueban las voces y hacen broma de la gente que vendrá hoy. Castellví se dirige al escenario para hacer ejercicios de estiramiento, flexiones, unos cuántos gritos... El mataroní dice que ya no se pone nervioso antes de salir al escenario. «Lo mecanizas bastante, acaba siendo cómo ducharse», comenta. Cuándo has salido al escenario tú mismo te autoauscultes y si voces que has empezado flojo subes la fuerza o al revés, razona.
Hasta el 19 de marzo, la obra se estará al Tívoli. Después vendrán unos cuántos bolos más uno de los cuales a Oporto, la segunda ciudad portuguesa- que tendrán como colofón una ida en Chicago en agosto. El mataroní cree que se ha ganado a polvo haber llegado hasta aquí: «Todo es proponérselo, por mucho que sea llevar y tengas que hacer otros trabajos alrededor del mundo del teatro que no sea de actor. Hay que tener paciencia y suerte, apunta. Y en septiembre qué? Pues a buscarse la vida, está claro. Pero, Ahí es nada estar un año y medio trabajando con una compañía como Comediantes, reflexiona.

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Tres nominaciones por los premios Max
Hasta el momento, la pieza ha recibido críticas desiguales y si bien algunos lo han considerado infantil, otro han hablado de una obra con excesivas referencias sexuales. Ha recibido, esto si, tres nominaciones a los Premios Max, los resultados de los cuales se darán a conocer el próximo día 13. Son para la illuminació de Albert Faura, el vestuario del pintor Frederic Amat y la música del sirio a Gani Mirzo.
Castellví fotografiado en su camerino del teatro Tívoli.
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