Sergi Morales

Coherencia, humildad y coraje

El pasado 7 de enero nos dejaba nuestro compañero y amigo Romuald Grané después de 88 años de vivir una vida intensa y entregada en la lucha por un mundo más justo, aplicada en todos los espacios de su vida cotidiana. Por muchos de nosotros, en Romuald es un referente de coherencia en unos valores que te hacen entender la vida como una oportunidad para transformar cada día nuestra sociedad en lugar mejor donde vivir, pero hecho desde la humildad que encarnaba él, con aquella energía que siempre tuvo hasta el último momento para arrastrar a todo el mundo, para hacerte implicar y hacerte emocionar de aquello que él sentía y exudaba, cuando tenías la oportunidad de hablar con él. Y siempre desde el coraje que supone tener que enfrentar-se a los poderosos y ponerse junto a los más débiles, en momentos duros de la trágica historia de nuestro país. Luchas, todas ellas, compartidas con su mujer, de toda la vida, la Flora, a la cual siempre admiró profundamente.

Desde su lucha a los inicios de la Juventud del PSUC, su trabajo a la clandestinidad en los momentos de la dictadura, que lo trajeron a ser encarcelado varias veces, a su vínculo con la ciudad de Barcelona y su agrupación del barrio de Santi Martí, hasta llegar a Mataró a nuestra agrupación, ser el alma de la asociación de gente mayor de la residencia donde vivió los últimos años, luchando por la dignificación de la vida durante estos años con su libro "Una reflexión sobre la última fase", o su trabajo por la recuperación de la memoria histórica. Siempre trabajando con coherencia, humildad y coraje.

Todo ello, una vida que le permitía explicarnos los momentos duros de la guerra, de los compañeros que ya no se encuentran con nosotros cómo en Miguel Nuñez, gran amigo suyo, y tantos otros de los que te hablaba con admiración –Tristany, Pubill, Piera,...- o de la necesidad de regular legalmente una muerte digna. Y siempre con una reflexión de detrás fundes que la vida le había dejado muy clara: tener espíritu de luchar y la necesidad de mantener siempre los valores que aporta la paz como símbolo de entente entre las personas.

Recuerdo, en uno de los últimos actos que fuimos juntos, al Cementerio de la Pedrera a Montjuic, para homenajear a los compañeros del PSUC fusilados durante la dictadura franquista, donde nos decía a los que lo acompañábamos: "sobre todo nunca olvidáis los compañeros, las personas que lucharon hasta dejar su vida, por unos ideales de libertad, ahora os toca vosotros mantener vive su recuerdo y su lucha." Y este es el mejor homenaje que podemos rendirle, mantener viva la memoria histórica y democrática de este país, que nunca olvidamos las mujeres y los hombres que lucharon por las libertades que hoy disfrutamos, y que mantengamos los símbolos que permitan mirar atrás y recordar de donde venimos y ningún donde vamos.

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