Jordi Tardío y su mujer, la productora Romy Masferrer, tenían una espina clavada como hijos de Mataró: que la colección musical del periodista no se hubiera podido exhibir, como mínimo en parte, a su ciudad. Lo intentaron durante meses, en largas negociaciones con el gobierno municipal –entonces el tripartito, tanto con Jaume Graupera cómo con Sergi Penedès como regidores de Cultura- pero no fructificó el acuerdo. Finalmente el Museo del Rock abrió a Las Arenas de Barcelona, y Mataró, a pesar de ser la ciudad natal del propietario de la colección, no acogió la subseu que Tardó había imaginado. "No pudo ser, y aquello nos quedó adentro, nos dejó un poco tocados", recuerda su viuda, Romy Masferrer. Por eso hoy celebra efusivament el acuerdo al cual ha llegado con la Fundación Iluro porque la capital del Maresme conserve y exhiba la colección. "Como mataronina, estoy muy satisfecha", resuelve.
El citado Museo del Rock finalmente se inauguró a Las Arenas en 2011, basado en una colección de más de de un millón de documentos que el periodista y crítico musical, presentador del mítico programa 'Tarda tardío' de Catalunya Ràdio, fue recopilando durante 40 años. Todo de objetos relacionados con la historia del rock, desde guitarras firmadas, partituras, discos y pósteres, pasando por objetos personales de los artistas, con piezas raras, temas alternativos, y documentos inéditos. Colecciones de compactas y vinilos (muchos de ellos firmados), álbumes fotográficos, discos de oro y platino de grupos como los Beatles, Metallica, Duran Duran o Uno2; instrumentos como la guitarra de Eric Clapton, el bajo de Paul McCartney o una guitarra dedicada por Kurt Kobain; complementos y vestuario de artistas como por ejemplo camisas de Mick Jagger, chaquetas de los Beatles, o las ojeras que lucía Prince a la película 'Purple Rain', además de piezas de Frank Sinatra o Madonna; y objetos como la bañera de Elton John reconvertida en mesa, o el carné de conducir de Elis Presley. La colección fue declarada Patrimonio Cultural de la Generalitat
El proyecto de Museo, pero, no va reeixir, puesto que se clausuró tan sólo un año después de abrir puertas a Las Arenas. La fundación privada que gestionaba el Museo del Rock, propiedad de Metrovacesa, presentó concurso de acreedores el mes de febrero pasado con una deuda de más de 330.000 euros. "Fue la época que en Jordi enfermó, delegó la gestión en otras personas y las cosas no fueron como tenían que ir", lamenta Masferrer. La colección, gestionada por la sociedad Palabra de Stone que hoy gestiona Romy Masferrer, se había mantenido conservada desde entonces en la casa familiar de los Tardío, a la calle La Coma. "Su valor es incalculable", dice la viuda de Tardío, incapaz de escoger entre uno de los miles de objetos. "Por mí todos son igual de importantes, del primero al último, del más grande al más pequeño, todos son el legado de una vida plegados", afirma. Hoy todos ellos se encuentran en depósito en la antigua Sala de Exposiciones de Caja Laietana a la plaza de Santa Anna, actualmente cerrada y que forma parte del patrimonio inmobiliario que gestiona la Fundación Iluro. Un equipo de especialistas trabaja para organizar toda la colección. "Estamos desempaquetando y encontrando cosas que ni yo misma sabía que teníamos", explica Masferrer.
La Fundación Iluro y la sociedad Palabra de Stone hicieron público el acuerdo la semana pasada, pero quedan muchos detalles para resolver. El acuerdo prevé la cesión de los objetos de la colección musical de cara a su exhibición y divulgación en Mataró, en un espacio todavía para determinar. La Fundación, que gestiona el legado de la extinta obra social de Caja Laietana se compromete a ayudar a dar a conocer todo este patrimonio mediante diferentes proyectos, como por ejemplo un acto de homenaje a Tardío y una exposición de objetos de la colección, pero todo el proyecto museístico queda para definir. Su presidenta, Marta Ibarz, explica que "de momento la intención es empezar con una exposición temporal, pero la voluntad es duradera". Según Ibarz, hace falta "tiempo para averiguar todo el que atesora la colección y ver hacia donde evoluciona el proyecto", semrpe con la intención de "compartirlo con la ciudad y que los mataronins lo puedan disfrutar. La Fundación Iluro y la viuda de Tardío coinciden al afirmar que han vivido "unos meses de negociaciones y de trabajo muy intensos" antes de anunciar el acuerdo.