El acto de reivindicación del PSUC
El acto de reivindicación del PSUC

Cugat Comas

Los comunes de Mataró sacan el PSUC a pasear

En Comú Podem Mataró reivindica "la herencia y los aprendizajes" de la etapa del PSUC en un acto retrospectivo empapado de preocupación por el presente

Sala bastante llena con unas ochenta personas, el miércoles 3, para recordar el Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC) ahora que se cumplen 50 años de la muerte del dictador Francisco Franco. Quien convoca es En Comú Podem Mataró, heredero histórico del PSUC, y lo que se pretendía era contrarrestar el discurso oficial de esta efeméride redonda. Sobre el escenario y moderados por Noe Ayguasenosa —candidata en primarias para ser alcaldable— tres pesos pesados como el historiador Andreu Mayayo, el histórico líder de CCOO en Mataró Antonio Rodríguez y el concejal más longevo del espacio en la ciudad y también exconseller Salvador Milà. Proyecciones de fotos históricas y la colección de concejales y concejalas históricos del espacio en Mataró redondean la puesta en escena. Definitivamente han sacado al PSUC a pasear.

Evocar el PSUC tantos años después es una moneda de dos caras: una únicamente retrospectiva y naftalínica, la otra comparativa con la actualidad y con vocación de aprendizaje y relanzamiento.

Noe Aiguasenosa abrió el acto reivindicando la memoria y el valor humano del PSUC: «Con el PSUC hay recuerdo, memoria, agradecimiento, aprendizaje y respeto». Aiguasenosa reconoció que la historia del partido despierta «añoranza y envidia por un momento de tanta esperanza», pero advirtió que la nostalgia no es suficiente para afrontar el presente. «Lo preocupante ahora es qué podemos sacar de ello», remarcó, alertando sobre el crecimiento de «un monstruo que son las extremas derechas». Por ello, reivindicó que «necesitamos esperanza y no nostalgia» si se quiere preservar la democracia.

Milà, Mayayo, Ayguasenosa i Rodríguez
Milà, Mayayo, Ayguasenosa y Rodríguez


«La herencia del PSUC es ser combatiente y militante, no víctima».

El historiador Andreu Mayayo situó el PSUC en su contexto: las décadas de los sesenta y setenta, cuando «había proyectos políticos, personales y sindicales imaginando un futuro diferente». Mayayo destacó la contribución decisiva de los comunistas catalanes: «Fueron ellos los que movieron» buena parte de las luchas sociales y democráticas. Por eso reivindicó que «la herencia del PSUC es ser combatiente y militante, no víctima». También subrayó la importancia de la «cultura política unitaria» y de las «trincheras de los movimientos sociales y políticos», recordando que «cada generación tiene que luchar». Mirando al presente, Mayayo fue tajante: «Si queremos acabar con la ola autoritaria, debemos hacer que la democracia funcione y conocer bien su geometría». Y reclamó recuperar el espíritu de la Assemblea de Catalunya: «La cultura de política unitaria entre todos; el PSUC lo hizo muy bien y hay que recuperarlo». Según él, la democracia solo será atractiva para las nuevas generaciones si ofrece futuro: «Debemos darles horizonte: condiciones de vida dignas». Y concluyó reivindicando una «radicalidad democrática» basada en organización, debate y participación.

El sindicalista Antonio Rodríguez puso el acento en el papel del PSUC en la construcción del movimiento obrero. «Durante muchos años, el PSUC y CCOO eran lo mismo», afirmó. Rodríguez, que se afilió al partido antes de llegar a Mataró, recordó los orígenes de su militancia: «Yo era militante antes de llegar a Mataró y, junto con López Bulla, fuimos dos ‘granaínos’ impulsando el sindicato». Su testimonio ejemplifica cómo el PSUC tejió una red de organización obrera que dio fuerza a las luchas laborales en plena sobreexplotación industrial.

L'Ateneu, durant l'acte sobre el PSUC
L'Ateneu, durante el acto sobre el PSUC


El exconseller y exmilitante psuquero Salvador Milà remarcó que «la Transición no fue un juego político», sino la respuesta a «una crisis del modelo productivo y social, con sobreexplotación y bajos salarios». Según Milà, el PSUC tuvo un papel clave en la articulación de las reivindicaciones obreras: «Acompañamos la conciencia de clase, no la lideramos». Defendió que el partido supo conectar las luchas sociales con marcos más amplios: «Dimos sentido político a muchas luchas, también a la cultural y a la nacional». Y advirtió que los retos actuales requieren nuevos consensos: «Debemos encontrar otras alianzas para otros tipos de políticas».

Los cuatro ponentes coincidieron en que el principal aprendizaje del PSUC es la necesidad de organizarse, construir unidad y mantener viva una cultura democrática activa. En palabras de Mayayo, «la democracia debe ser útil, debe hacerte sentir libre y debe permitir proyectos de vida».

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