Los conductores del Mataró Buzo están hartos que los usuarios del servicio de transporte público los culpen a ellos de los retraso que, según explican ellos mismos, sufren habitualmente los autobuses respecto a los horarios previstos. Por este motivo, quieren denunciar que estos horarios están mal planificados y no se adecúan a la infraestructura de la ciudad, que por otro lado consideran fuerza deficitaria para hacer circular los autobuses urbanos. El Comité de empresa y la sección sindical (CGT) de Mataró Buzo han entrado una carta a registro del Ayuntamiento, dirigida a la regidora de Movilidad, Núria Aguilar, en que constatan que los horarios establecidos por la empresa concesionaria, CETESA, no se ajustan a las posibilidades reales tanto de los conductores como del propio sistema viario mataroní.
Esta situación comporta que desde Mataró Buzo "no se dé un buen servicio público e incluso se ponga en peligro la seguridad del usuario", ha explicado Carlos Bebió, presidente del Comité de empresa, en declaraciones a capgros.com. Tanto él como Jose Antonio Lara, Secretario General de la sección sindical, sostienen que los horarios son tan estrictos que los conductores "tienen que ir en contra del código de circulación" para cumplirlos. A guisa de ejemplo, destacan que los conductores tan sólo disponen de 9 minutos para ir de plaza de las Tereses al Parque de Cerdanyola. "Y en hora punta sólo nos dan un minuto más de margen", afirma Lara, que constata que estos horarios "a menudo no se pueden cumplir porque no tienen en cuenta todas las variables", como por ejemplo el tránsito o las obras a las calles. El presidente del Comité de empresa considera que el más idóneo sería "establecer horarios más orientativos", sin marcar el minuto exacto, "tal y cómo hacen en otras muchas ciudades y en muchas empresas de transporte".
La gota que ha hecho derramar el vaso llegó con las obras de reurbanización de la calle Perú, que obligó durante dos meses a cambiar temporalmente el recorrido de las líneas 1 y 2. Los autobuses tenían que tomar la calle Picasso, la ronda Rafael Extraño y la carretera de Mata hasta llegar a la ronda Alfons X. "El camino era mucho más largo pero la empresa mantuvo los mismos horarios", explica Bebió. Durante estos dos meses, Bebió destaca que se produjeron muchos retrasos en estas dos líneas. "Los usuarios se nos echaban encima porque llegábamos muy tarde, cuando no era culpa nuestra", afirma. El Comité de empresa denuncia que esta situación está generando "estrés y ansiedad" a la plantilla, especialmente porque la empresa los somete a un control muy fuerte. "La centralita nos avisa cada vez que vayamos unos minutos tarde, también nos controlan por GPS y tenemos inspectores con sus portátiles a los autobuses que marcan cada incidencia", destaca Lara.
Problemas para circular
Además del estrés producido por los horarios demasiado ajustados, los conductores también denuncian que la ciudad no está bastante muy adecuada para la circulación fluida de los autobuses urbanos. A través de varias fotografías, denuncian que hay muchos puntos repartidos por todo Mataró especialmente problemáticos. Camiones que descargan en supermercados y que ocupan el carril buzo en connivencia con el Ayuntamiento, según dicen los conductores; bandas rugosas demasiado elevadas que afectan los bajos de los vehículos; rotondas que no están preparadas para dar entrada y salida a los autobuses; o calles tan estrechadas que obligan el buzo a subirse a la acera, como pasa a la Muralla del Tigre. Una serie de dificultades que, según los denunciantes, dificulta todavía más el cumplimiento de los horarios.

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