Francesc Serés y Monika Zgustova, dos rara avis en el mundo literario catalán, se dieron cita el pasado viernes a Robafaves para cerrar el ciclo Nuevos narradores contemporáneos. Serés ya demostró en su última visita a la librería mataronina, el mes de noviembre pasado, que es un espécimen difícil de catalogar. Zgustova tampoco se queda corta. Nacida en Praga, reside desde hace años en Sitges. Escribe en checo, catalán y castellano, es una prestigiosa traductora y da clases en universidades norteamericanas. Para acabar de redondear un perfil muy particular, Su último libro, pendiente todavía de publicar, versa sobre la vida de la hija de Stalin.
Zgustova habló de sus novelas, traducidas a nuevo idiomas, entre las cuales destacan Mujer silenciosa, el retrato de una mujer nace en un castillo aristocrático y muere en un miserable barrio periférico, en una historia paralela a la de la abuela de la escritora, y Jardín de Invierno, protagonizada por Eva, un alter ego de Zgustova. "Experimento con una de mis 'vidas posibles', imaginando qué habría pasado si me hubiera quedado en la Checoslovaquia comunista", explicó la escritora. Su exploración del mon soviético continúa en un nuevo proyecto literario que ha comenzado hace un par de meses y dedicado a Svetlana Alliluyeva, hija de Stalin que murió el noviembre pasado en EE.UU., donde se exilió intentando huir de la sombra de su padre, a quien detestaba y calificó de monstruo. "Se instaló en un pueblo pequeño y muy remoto de los Estados Unidos, donde esperaba que nadie conociera Stalin y no la pudieran relacionar con él", recuerda Zgustova. Richland, al norte del estado de Wisconsin, fue el lugar donde vivió más de 40 años.
Francesc Serés nació en la comarca del Bajo Cinca, bien lejos de la influencia soviética. Ninguna relación geográfica con el mundo eslavo de Zgustova, pero sí quemantiene una conexión literaria muy fuerte. Su último y celebrado libro, Cuentos Rusos, es un conjunto de relatos firmados por autores rusos inventados, heterónimos del propio autor. Serés no quería repetir todo aquello que ya dijo el mes de noviembre pasado (entonces Zgustova no pudo formar tándem con él por enfermedad) y prefirió explicar una historia real, la del coche que compró a un concesionario Volkswagen de Olot y que, por error, nunca le llegaron a cobrar. "Fue una ruptura de la realidad que necesitaba una narrativa que lo explique", apuntó. Serés utilizó esta historia para reflexionar sobre la relación intrínseca entre vivencia y literatura. "El una sin la otra van completamente cojas", dijo Serés, que escribe para explicarse "aquello que vivimos y que está pasando".
Colaboraciones con los medios
Zgustova y Serés, tal y como otros muchos autores que han pasado por el ciclo, también col•laboren con medios de comunicación. Manel Guerrero, que organiza el acontecimiento con Jordi Carrión, los preguntó por la relación entre periodismo y literatura. Zgustova explicó que la literatura y elsa rticles de opinión "forman parte de la misma aventura", que se basa en "la voluntad de plantear preguntas y dudas, y de intentar encontrar respuestas que muy a menudo acaban siendo nuevas preguntas". Serés, por su parte, explicó que como articulista tiene la necesidad de tratar temas "que no quiere nadie, que se alejan de las corrientes centrales de opinión". Una tendencia que también presenta como escritor, con su voluntad de no repetirse y de transitar siempre por caminos inexplorats.

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