Carta del lector: Docents 83 se hace eco de los efectos de los desalojos en las aulas
Carta del lector: Docents 83 se hace eco de los efectos de los desalojos en las aulas

Docents 083

La crisis de vivienda entra en las aulas: más de 80 desahucios con menores el 2025

Docents 083, colectivo de maestros y profesores del Maresme, analiza en este artículo como la crisis de vivienda afecta cada vez más al alumnado de la comarca

Desde Docents 083 sabemos que la educación no es ajena al problema de la vivienda, igual que la escuela no es una burbuja aislada del contexto social en el que se desarrolla. Hay quien preferiría mantener el debate sobre la transformación educativa encerrado dentro del terreno de la pedagogía y la innovación tecnológica en la escuela, despreciando cuestiones como la actual crisis de vivienda o el empeoramiento de las condiciones de vida de la gran mayoría de la población. Pero como docentes nos es imposible no tener en cuenta cómo afecta el problema de la vivienda a nuestro alumnado. Porque, ¿cómo puede aprender a leer un niño que no sabe dónde dormirá mañana? ¿Cómo puede seguir el ritmo del aula si siente que su mundo puede derrumbarse en cualquier momento? ¿Cómo podemos esperar el éxito educativo de nuestros alumnos si la sociedad ya ha condenado a una parte de ellos al fracaso?

El impacto de la crisis de vivienda

Precios inalcanzables, abusos sistemáticos, hacinamiento en pisos diminutos o habitaciones, infravivienda en locales, trasteros o mobile-homes, desahucios, chabolismo... son algunos de los síntomas más graves de la crisis de vivienda que estamos viviendo y que, por ahora, no hacen más que aumentar.

Los precios de la vivienda han alcanzado sus máximos históricos en el Estado español y este aumento se traduce en una pérdida de poder adquisitivo y un empeoramiento de las condiciones de vida de toda la clase trabajadora. El precio del alquiler ha aumentado cuatro veces más que el salario medio de los catalanes, de modo que, a día de hoy, en Cataluña, el mismo día después de cobrar la nómina, más del 60% de nuestro sueldo se destina directamente al pago del alquiler.

Hace unos años que las cosas están yendo a peor, también porque la administración pública, lejos de proponer soluciones de fondo al problema de los desahucios, se ha dedicado a endurecer los protocolos policiales y judiciales para facilitar y garantizar la ejecución de los desahucios, cada vez más rápidos, fáciles y baratos, y reprimir a quienes intentan impedirlos. Un ejemplo claro es que hace tres años el Sindicato de Vivienda de Mataró podía frenar hasta cuatro o cinco intentos de desahucio y negociar hasta seis meses de margen. Ahora, en cambio, las comitivas judiciales apenas ofrecen un mes o unas semanas antes del desahucio definitivo.

Todo esto, por supuesto, tiene su impacto dentro de las aulas. Cada vez hay más alumnos que sienten vergüenza, que sufren malestar y ansiedad por lo que ocurre en casa. Según un estudio reciente de Save the Children, en 2023 el 26,8% de los niños y niñas de Cataluña vivía en situación de pobreza. Esto significa que “casi 1 de cada 4 niños subsiste con menos de los recursos necesarios para vivir con dignidad".

L'assemblea de constituent de Docents 083

La asamblea constituyente de Docents 083

¿Cómo lo vivimos dentro de las escuelas?

En las aulas, uno de los principales efectos recae en la salud física pero también en la mental. Nos encontramos con niños que no tienen agua en casa, que para ducharse deben llenar garrafas en la fuente de la calle, que no tienen calefacción o que conviven con toda la familia en un piso de una sola habitación. Cualquier persona, para crecer, necesita tener un bienestar emocional, psicológico y social. Pero ¿cómo podemos educar a niños y jóvenes si se encuentran en esta situación de riesgo? En el contexto actual, cada vez faltan más las condiciones mínimas para que el alumnado pueda desarrollar motivación y predisposición hacia el aprendizaje. De hecho, los trastornos psicológicos van en aumento: ahora mismo, un 20,8% de los jóvenes entre 10 y 19 años tienen algún diagnóstico relacionado con la salud mental.

La complejidad, tan a menudo mencionada por la consellera de educación Niubó, sin aplicar ninguna medida real al respecto, está estrechamente relacionada con el aumento de la pobreza. Por mucho que cuidemos a nuestros alumnos e intentemos velar por su bienestar emocional, tal y como dicta el currículo educativo, si fuera de la escuela les espera la pesadilla de un desahucio, nuestros esfuerzos serán impotentes. Y no olvidemos que estas familias desahuciadas, en muchos casos, deben marcharse del pueblo o ciudad obligando a los niños a cambiarse de escuela a mitad de curso. La matrícula viva, una reserva de plazas destinada en los centros educativos para nuevas incorporaciones, puede presentarse como una herramienta para hacer la escuela más inclusiva y acogedora, pero si en la realidad acaba reduciéndose a hacer la función de parche para normalizar las mudanzas forzadas, queda totalmente en papel mojado.

Como docentes, el sistema nos presiona para mejorar e innovar didácticamente, pero no para cuestionar la estructura social que condiciona el bienestar del alumnado. Que un alumno sea desahuciado y no podamos ofrecerle nada más que un acompañamiento emocional es un problema. No puede ser tarea del profesorado maquillar o normalizar la violencia y el empobrecimiento que sufren nuestros alumnos.

Manifestació per intentar evitar el desnonament

Manifestación para intentar evitar un desahucio en Mataró

Por esta razón, desde Docents 083 creemos que nuestra tarea debe consistir en:

  • Denunciar públicamente y romper el silencio de muchas escuelas a la hora de afrontar la crisis de vivienda. La mayoría de niños que están en riesgo de exclusión residencial viven este fracaso del sistema en silencio y como un problema individual del que sentirse avergonzados. Queremos romper este silencio, llevar el debate a los claustros y confrontar las ideas reaccionarias que intentan expandirse en muchas escuelas. No podemos permitir que desde los centros educativos se responsabilice a las familias y se criminalice a las personas que no tienen otra opción que ocupar un piso vacío.
  • Vincularnos a los sindicatos de vivienda de Mataró y Baix Maresme, porque entendemos que luchar por una educación de calidad es indispensable, pero que nunca lo conseguiremos mientras la lucha por una educación de calidad sea una lucha aislada, separada del resto de luchas por la mejora de las condiciones de vida de la clase trabajadora.

Sabemos que la etapa escolar para muchos niños, jóvenes y familias de clase trabajadora es un espacio donde cohesionarse y aprender. Recuperemos el espíritu de lucha de los docentes que creen en un futuro radicalmente diferente. Salgamos de las aulas, los institutos, los claustros, los consejos escolares y unámonos en organizaciones más amplias. Salgamos a las calles, no solo por la educación, sino por todas aquellas luchas que tienen el objetivo de mejorar las condiciones de vida de toda la clase trabajadora. Educar no se reduce a inculcar conocimientos sino que consiste en enseñar a los niños y jóvenes a ser críticos con el mundo que les rodea y a trabajar para construir una sociedad más justa.

Desde Docents 083 manifestamos que no puede existir una verdadera educación universal y de calidad sin una vivienda universal y de calidad.

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