El propietario del restaurante libanés.
El propietario del restaurante libanés.

"Cuando abrí el restaurante la comida libanesa era bastante desconocido"

Mataroní de aquí y de allá: Abed Chalhoub.

Abed Chalhoub llegó a Cataluña en 1983. Con sólo 23 años dejaba su país de origen, el Líbano, después de ser contratado como cocinero al primer restaurante libanés que se abría en Barcelona. Alláestuvo trabajando durante unos años e incluso ganó un premio a la mejor cocina extranjera y cocinó para numerosas personalidades. Con el paso del tiempo decidió venir a vivir en Mataró y montar su propio restaurante, Las Mil y Una Noches, que nace en 1999 fruït de su espíritu emprendedor. "El primer año fue más flojo por el desconocimiento de las personas hacia la comida libanesa yhabía un poco de desconfianza", recuerda Abed, pero explica que "despacio la gente nos fue aceptando, fueron entrante a probar la comida y ahora estoy muy contento de haber conseguido unos clientes muy buenos".

Chalhoub llegó al paísfa 33 años y abrió Las Mil y Una Noches en 1999

Te adaptaste bien?
Al principio el que más me costó fue el idioma, porque no sabía nada ni de castellano ni de catalán. Al venir a trabajar a un restaurante libanés mi idioma lo practicaba allá, pero despacio tuve que ir aprendiendo el castellano cuando salía a la calle, iba a comprar o a tomar un café. Aprendí el idioma en la calle y con el día a día. Pero más allá de esto, no tuve ninguno otro problema para adaptarme. Yo valoro el respecto a la gente: cómo tú los tratos, ellos te tratan a tú.

Qué te sorprendió al llegar?
Que el Líbano y esta parte de Barcelona son muy parecidas, no hay tanta diferencia. Todo muy mediterráneo, los alimentos, la playa, la montaña, las autopistas... El Líbano es muy europeo, podríamos decir. Hay países árabes que sí que son más cercados, pero allá no. Mi mujer, que es de Barcelona, cuando visitamos el Líbano puede ir vestida como aquí o pasear suela por la calle y nunca se ha sentido observada.

Qué diferencias notas respecto a la vida allá?
En mi país de origen podríamos decir que el ritmo de vida es más tranquilo, mientras que en Cataluña la gente va cuanto más acelerada y estresada. La gente libanesa es muy emprendedora y todo el mundo trabaja pero todo es cuanto más pausat. Otra diferencia es que allá son más familiares a la hora de ir a visitar alguien a casa suya. Enseguida eres muy recibido, te abren las puertas y te ofrecen de todo. Aquí es fuerza diferente, puesto que antes de todo tienes que trucar a ver si va bien quevayas.

Qué echas de menos?
Sobre todo a la familia, porque la dejé allá cuando vine. Ahora ya he montado mi familia aquí y de vez en cuando todavía continúo viajando allá. Pero, aparte de esto, no echo de menos nada más. Hoy en día todo el que necesitas y que es propio del país (especies, comidas, vino, cerveza...) ya hay empresas que te lo traen hasta aquí.

Qué te gusta de Mataró? Qué mejorarías?
Mataró es una ciudad más tranquila que Barcelona, con mucha menos gente y encuentro que sevive mejor. Tiene buenas playas y buenas comunicaciones pero creo que hace falta más turismo y más hoteles. Los turistas se quedan en Barcelona y aquí los negocios no acaban de fluir porque los mataronins no tienen trabajo y entonces no gastan. El turismo nos va bien para complementar todo esto.

Cómo te planteas el futuro?
Ya estoy muy acostumbrado a vivir en Mataró. He montado mi familia y mi vida aquí y estoy muy contento y satisfecho de la clientela de Las Mil y Una Noches. Por eso no me he planteado volver a mi país. Ahora el que me gustaría es seguir trabajando y poder seguir adelante con mi restaurante todo el que se pueda.
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