Cuando nuestro gato envejece es precisamente cuando más atención y dedicación le tenemos que prestar. Envejecer no es fácil, aparecen problemas, dolores, dificultades… Si estamos al caso y tomamos medidas ante los primeros síntomas de vejez en nuestro gato, le estaremos asegurando una vida más larga y una etapa sénior de calidad. Físicamente pueden empezar a sufrir artritis, problemas renales o hepáticos, diabetes, problemas renales, intestinales, hipertiroïdisme, pérdida de los sentidos, tumores... Para esta razón es necesario traer enseguida nuestro gato al veterinario si observamos comportamientos o síntomas que no habíamos observado nunca, como beber mucha agua, que se queje al saltar o moverse, apatía, que coma menos, y cualquiera otro comportamiento que consideramos nuevo, diferente o anormal.
Pueden sufrir problemas físicos como artritis, problemas renales o hepáticos, entre otros
Aún así, aunque no observamos ningún síntoma, anualmente lo tendremos que traer al veterinar. Psicológicamente podrían sufrir una disfunción cognitiva, que es un deterioro del sistema nervioso con causas todavía desconocidas. Nos podríamos encontrar que nuestro gato elimina de repente fuera de la bandeja, que no reconoce a alguna persona de la familia, que está despistado, como si se perdiera en casa mismo, vocaliza mucho sobre todo por la noche... La mejor manera de ayudarlo es un buen diagnóstico y el tratamiento veterinario que le haga falta, mucha paciencia, mucha estimación y recordar que todos envejecemos. Una buena vejez es el mejor regalo que le podemos ofrecer al compañero fiel que ha estado a nuestro lado tantos años de nuestra vida sin pedir nada y confiando en nosotros. No le podemos fallar, y menos cuando más nos necesita
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