A la década de los 70, Las Santas vivían en un estado total de decadencia. Un vistazo en los programas de la Fiesta Mayor de aquella época así lo testimonian: una fiesta sin entidad ni relato, cada vez menos participada, que tan sólo atraía miles de mataronins por el Castillo de Fuegos. Los mismos textos del documento que editaba el Ayuntamiento franquista mencionava que los tiempo "están cambiante" y que los mataronins "no tienen tanto interés" al participar de su Fiesta Mayor. "La sensación es que ya se había echado la toalla", explica Àngels Soler, del Museo de Mataró. Soler es la comisaria de la exposición "[Re]construir la fiesta. Las Santas de 1979", que se puede visitar a Can Marfà. La muestra es un recuerdo y homenaje a aquellos que, sortosament, no se rindieron durante los años más duros de la Fiesta Mayor, y que gracias a su trabajo consiguieron una revivida que empezó a plasmarse a partir de la recuperación de los Ayuntamientos democráticos. Un trabajo de la cual la Fiesta Mayor tal y como la conocemos hoyes heredera directa. Sin aquel esfuerzo mayúsculo, hoy, simplemente, nohabría Santas.
Tal y cómo se pone de manifiesto a la muestra, la Fiesta Mayor de Mataró que se celebra estos días tiene su origen en el movimiento popular que se propuso recuperarla. Un movimiento articulado en el entorno de un grupo de jóvenes que formaban parte del Fomento Mataroní, una de las entidades que mantenía viva la llama de la cultura durante los años del Franquismo. Unos meses antes de la muerte del dictador, en verano de 1975, estos mataronins iniciaron la campaña 'Las Santas, hagamos Fiesta Mayor'. Una campaña que se alargó durante los siguientes cuatro años, primero en paralelo a Las Santas "oficiales" y después de la mano del primer Ayuntamiento democrático, en 1979, con el alcalde Joan Majó que había accedido al cargo tan sólo tres meses antes de la Fiesta.
Muchos mataronins y mataronines que hoy disfrutan de los grandes actas de Las Santas y de sus figuras y comparsas, que de alguna manera creen quehan sido "siempre", desconocen que el origen de todo no rae tan sólo en la tradición, ni tiene las raíces en los tiempos más remotos. Si bien la presencia de la Familia Robafaves se remonta en el siglo XVIII, y que elementos como la Misa, las dormidas o diversas de las figuras también arrastran siglos de historia.
Las Santas de 1979. Foto: Miquel Sala (archivo Miquel Sala). Cedida por Cultura Mataró
Pero buena parte de la fiesta es una construcción bastante reciente, un modelo que se empezó a plasmar ahora hace cuatro décadas y que se puede reseguir a la exposición de Can Marfà. La muestra pone los visitantes en contexto y en antecedentes, con una introducción que recupera los orígenes de la Fiesta. Elementos como los Gigantes, los Enanos, la Dormida, la Misa de Padre Blanch, el Toque de Oficio, el Castillo de Fuegos... Los elementos históricos que se han mantenido hasta hoy. Y rápidamente entra en materia para mostrar, en primer lugar, la decadencia que vivían Las Santas ahora hace más de 40 años. "Un grupo de jóvenes decidieron dar un tumbo a esta situación" constata Soler. Guarecidos al Fomento Mataroní, impulsan una campaña que anima a recuperar muchos de los elementos perdidos de la Fiesta, y también a incorporar de nuevos, algunos de los cuales hoy son absolutos clásicos como por ejemplo las Madrugadas o el Llamamiento a la Fiesta Mayor.
Pero en su momento también fueron nuevos de trinca, experimentos de prueba y error como, a la cabeza de unos años, lo serien la Noche Loca o el No hay bastante. "Todo de elementos que se fueron integrando en la fiesta, dando continuidad a aquello que ya existía pero también promoviendo de nuevos", destaca la comisaria de la exposición. Un fenómeno que no se dio tan sólo en Mataró, sino a otros muchos municipios del país, como una forma de deseo colectivo de "tomar la palabra, ocupar las calles, autoorganitzar-se y generar espacios de libertad, de intercambio y de celebración", tal y cómo dice el catálogo de la muestra. La dictadura había caído, los ayuntamientos acontecían democráticos y se abría un nuevo mundo de posibilidades, donde todo estaba para hacer.
La exposición cuenta con todo de elementos audiovisuales, como por ejemplo grabaciones de la música interpretada por Quirze Perich -el flabiolaire que durante décadas acompañó los gigantes de Mataró y otras figuras del país- acompañados de la exposición de su flabiol y tamboril. Un músico que representó mejor que nadie la continuidad de las nuevas Santas, injertadas de tradición y a la vez mirando hacia el futuro. El siguiente apartado de la exposición se centra en el año clave, el 1979. Aporta contexto sobre la llegada del primer Ayuntamiento democrático, con la elección de Joan Majó como alcalde. Un hombre que también fue clave puesto que permitió que Las Santas pasaran a ser organizadas de forma mucho más directa por parte de los ciudadanos, con el impulso de aquel grupo del Fomento que ya traía casi un lustro promoviendo la recuperación de la Fiesta.
La ilusión y las ganas lo pudieron todo, incluso la carencia de tiempo, la precariedad y la falta de recursos. Hacía muy pocos meses que el Ayuntamiento se había constituido, el presupuesto para Las Santas era de tan sólo 2 millones de las antiguas pesetas y todo estaba para hacer. La exposición explica como se creó la Comisión de Las Santas, que celebraba reuniones interminables hasta altas horas de la madrugada al Salón de Sesiones del consistorio. Y recuerda todas las iniciativas que se llevaron a cabo para financiar la fiesta, desde rifes y enganxines hasta la petición de apoyo a bares, restaurantes y tiendas. "Fue todo un éxito, la fiesta acabó con superávit", recuerda Soler.
El año 1979 se pusieron las bases de muchos de los elementos que hoy son característicos de Las Santas. Por ejemplo, la manera como se crea año tras año la imagen de la Fiesta Mayor, en forma de encargo a un artista de la ciudad. El primero escogido fue Eduard Alcoy, uno de los grandes artistas mataronins del siglo XX, a quien los promotores de la recuperación de la fiesta, en este caso con Josep Rodri al frente, fueron a rogar que pones su talento al servicio de Las Santas. El programa, con su cartel a la portada, se imprimió a deshores a la imprenta de Can Elige. Todas estas y otras historias son recogidas también en formato entrevista a un total de 19 personas estrechamente vinculadas a la recuperación de la fiesta, desde el propio Majó a Boris Ruiz, creador de la figura de la Momerota, pasando por grallers, geganters, compositores y coreógrafos, miembros del Fomento...
La exposición culmina con una mirada más allá de 1979: un apartado donde serecogen todos los carteles de estos 40 años, acompañados de una lista de actas hoy emblemáticos y el año en que se estrenaron. "Queremos mostrar que Las Santas son una fiesta viva, en permanente construcción y reinvención", afirma Soler. "Pero esto nos daría por toda otra exposición!".
Más exposiciones vinculadas en la Fiesta
Estos días se pueden visitar un total de cuatro exposiciones que giran en el entorno de Las Santas. Además de la de Can Marfà, a Can Palacete seexhibe la tradicional exposición fotográfica, que este año va a cargo del fotógrafo mataroní Manel Quirós. Puerta por título 'Lux' y a partir de una treintena de imágenes utiliza la fotografía como ventana que le permite conectar con los orígenes para iluminar y crear una narrativa poética. Las sombras y las luces se convierten en símbolos y mitos, y en esta conciencia explora el hecho mágico de explicar historias.
Al mismo Can Palacete se puede descubrir el proyecto artístico y literario "Las Santas.
Alfabeto ínfimo", una producción del M|A|C (Mataró Arte Contemporáneo) que propone con monosílabos ordenados de la a a la z una pauta escrita y gráfica para dar un vistazo a Las Santas con una mirada diferente. Con las imágenes y monosílabos escogidos para cada una de las letras se podrá recorrer el universo de Las Santas y todo el mundo podrá construir su propio alfabeto sin limitaciones silábicas ni de ningún tipo.participan un total de 26 artistas y una escritora. Son: Verónica Aguilera, Carla Aledo, Martí Anson, Xavier Arenós, Laia Arnau, Agàpit Borràs, Irene Bou, J.M. Calleja, Blanca Casas Brullet, Manuel Cuyàs, Domènec, Adriana Esperalba, Marta Floriach, Anna Fradera, Pere Fradera, Andrés Galeano, Joan Hortós, Mia Llauder, Dani Montlleó, Néfer, Perecoll, Ita Puig, Regina Puig, Raül Roncero, Glòria Safont-Elige y Jaume Simon.
Por último, hasta el 24 de julio, el Museo Archivo de Santa Maria presenta 'El flabiol en Mataró. 300 años', una selección de documentos y fotografías que muestran cuáles fueron los antecedentes del flabiol y como este instrumento, acompañado de un tambor, ha sido presente en la vida de la ciudad al menos desde hace 300 años y ha pervivido hasta nuestros días.
Una de las fotos de Manel Quirós
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