Nos proponemos una tranquila paseada a la orilla del mar por el camino de ronda entre Palamós y Calella de Palafrugell. Es un tramo de costa del Baix Empordà que se ha urbanizado mucho en los últimos años pero que, afortunadamente, todavía conserva algunos espacios vírgenes y únicos a la Costa Brava, como Cala Castillo y la Cabeza Roja, promontorio donde se levanta un castillo rodeado de unos fabulosos jardines botánicos. La ruta, de cinco horas de duración -sin contar las paradas- es perfecta para hacer en un día soleado y con temperaturas agradables, que nos invite, de vez en cuando, a hacer paradetes a las calas que encontramos por el camino para tomar el solo o bañarnos.
La ruta empieza a la Marina de Palamós. Aquí cogemos el que antes era el camino de ronda de la desaparecida cala Bajo Pedró. Antes de llegar al camping Palamós, tumbamos a la derecha. La primera cala que encontramos es la Cala de los Botes, pequeña y pedregosa. Continuamos hasta Cala Margarida, pequeña y arrecerada bajo la Cabeza Gorda, un espectacular saliente al mar, con unos acantilados de 70 metros de altura que caen en vertical sobre el agua. Este se trata de un buen mirador de toda la costa palamosina y del macizo de Las Gavarres, que queda al sur.
El camino sigue hacia la playa de la Oscuridad, a la orilla del mar, resiguiendo los acantilados. En este tramo vemos el agua a nuestros pies, el que puede impresionar. Las vallas que protegen el camino nos harán sentir algo más seguros. Después de media hora de haber empezado a andar desde Palamós, llegamos a La Oscuridad, denominada así por el color oscuro de gran Roca Oscura que se levanta en esta pequeña cala.
En 10 minutos llegamos a una cala donde parece que el tiempo se ha detenido: Se Alguer. Sólo sepuede acceder en embarcación y todavía se pueden ver antiguas casas de pescadores. Cala Castillo se encuentra más en el norte. En media hora llegaremos a esta playa ancha y solitaria, situada a cobijo de la fuerte tramuntana y rodeada de pinos. Hoy en día existen a la Costa Brava pocos lugares tan vírgenes como este. En su parte norte hay la península Sano Corbatera, una lengua de tierra verde, de altos acantilados, sobre la que podemos pasear con el mar a ambos lados. Si miramos abajo, a la banda izquierda, podemos ver una pequeña cala, con un pasillo bajo una roca, conocida como el Socavón. Sobre este lugar, los ibers establecieron un poblado.
Siguiendo por la carretera que va a Calella de Palafrugell nos alejamos un poco de la costa y pasamos por el lado de los escombros de Can Canyet, que cuestan de ver porque están cubiertas de arbustos. Cuando vemos un camino que baja de nuevo hacia el mar, lo cogemos. Unas escaleras nos traen hasta una zona de pequeñas calas que acaban a la Cabeza de Planes. En medio de estas calas encontramos la Cala Estrechada.
A partir de la Cabeza de Planes la costa se hace más abrupta y el camino se separa del mar. Aquí ya vemos la Cabeza Roja. Después de atravesar las cales Grito y Fuente Morisca, encontramos un camino que se ensarta hacia el castillo y que nos trae hasta sus jardines botánicos en un cuarto temprano. Para volver, lo haremos por dónde hemos venido. O bien podemos coger el llamado corredor de Palafrugell, que pasa por el interior, señalizado con las marcas blancas y rojas del sender de Gran Recorrido (GR-92).

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