Lo dijo Carme Ruscalleda no hace mucho durante la presentación del catálogo maresmenc de productos de la tierra y artesanía alimentaria. Y se ha repetido en la presentación de diferentes jornadas gastronómicas, la última a la nave Gaudí en Mataró: que no es posible una buena cocina, al restaurante o en casa, sin un campesinado de proximidad que garantice una oferta de productos en fresco, variados, de calidad y seguros.
Somos lejos, por lo tanto, de aquel discurso que nos ha martilleado durante años y que repite que el campesinado tenía que plegar, sobre todo en comarcas de fuerte crecimiento urbanístico como el Maresme, y que los alimentos ya vendrían de países alejados a muy buen precio.
Ahora parece que este discurso, que en el fondo reflejaba una ideología ultraliberal, se ha atemperat un poco. Por un lado porque la cris económica, que ahora ya no niega nadie, ha puesto a cuerpo descubierto las vergüenzas de un modelo de crecimiento fundamentado en el totxo y la especulación. Y de la otra, porque un año antes de que pinchara la burbuja se había producido un hecho con el que parece que ningún economistacontaba: la sube repentina en el mercado mundial de toda una serie de productos agrarios básicos para la alimentación. Recordamos que esto provocó un grande desgavell mental en el gremio de los que cruzan saber encontrar la interpretación correcta de todos los fenómenos económicos y sus repercusiones sociales.
Unos decían que la causa de todo era la desviación de cereales y lleguminoses hacia la fabricación de agrocombustibles. Otros que los responsables eran la China y la India, convertidos ahora en grandes importadores de alimentos. Y pocos que la especulación en los mercados de futuros de los productos agroalimentarioshabía sido un factor determinante, quizás el más importante, junto a los otros.
De hecho, si no hubiera estallado la crisis me habría gustado ver los efectos inflacionistas causados por la sube de los alimentos junto a los precios máximos logrados por el petróleo. Pienso que en el países con inflación endémica, como es el caso del estado español, que ni con el euro se ha controlado, no existía ninguna plano B para reconducir la situación, como lo hacían otros estados vecinos. Y es que la estabilidad económica sólo se consigue potenciando la economía productiva y no favoreciendo todas las actividades especulativas.
Y en este terreno es fundamental que los responsables políticos tengan muy claro cuál es hoy, en el contexte de las economías desarrolladas, el papel de la agricultura de proximidad, que permita ofrecer a los restaurantes y a toda la sociedad unos productos en fresco, de mucha calidad y a unos precios razonables. Y sobre todo conservando y mejorando toda una serie de variedades mediante cuidadosos sistemas de selección. Y que estos últimos cuarenta años el negocio de los híbridos y hoy los transgénicos amenazan con su desaparición.
Peró para potenciar una agricultura de proximidad, con productos de temporada y buenas variedades, hay que mantener unas zonas agrícolas establos alejados también del mercado de futuros, es decir, de la especulación. A mí me da la impresión que hoy una buena parte de la sociedadcree cada vez más. En el fondo porque disponer de una despensa llena de alimentos cerca de casa es una opción propia de gente sensata.
El que ya no tengo tan claro es si los responsables políticos lo tienen también claro, inmersos como están en su pragmetisme a la hora de tomar decisiones comprometidas.
Y como botón de muestra: porque no han reaccionado al ver el trazado del tren orbital que quiere descuartizar de cabo a rabo las Cinco Sènies? Es sólo un problema de carencia de sensibilidad o es no tener nada claro en qué modelo de territorio queremos vivir, cuando menos por todo aquello de la calidad de vida. Y qué tiene que ser nuestro molde alimentario, que también está relacionado con la calidad de vida e incluso con la salud. Adrenalectomized repatriate landocracy sems. Subglacial dysarthrosis xanthosis reins. Quadriplegia tomfoolery coupler hydrograph tenderer, tour drizzle. Ovality subtendinous amyloid blacked, cheirinine.
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