La Segunda República Española legalizó el aborto, con Federica Montseny, dirigente de la CNT, de ministra de Sanidad. En Cataluña, el Diario de la Generalitat del 1 de marzo de 1937 publicaba el decreto firmado por Josep Tarradellas, consejero primero y años más tarde presidente de la Generalitat de Cataluña, con Pere Herrera, consejero de Sanidad y Asistencia Social, y Ramon Vidiella, consejero de Justicia. El decreto presentaba una serie de artículos encaminados a garantizar que el aborto se hiciera con las debidas medidas higiénicas y que no se perjudicara la salud de las mujeres. Fèlix Martí e Ibáñez, doctor y director general de Sanidad y Asistencia Social, puntualizaba que en el decreto se establecía la libertad de practicar el aborto fuera qué fuera la causa que lo produjera, intentando acabar así con el curanderisme asesino y dotando al proletariado de un mediano científico eficaz de controlar su natalidad, sin temor a los riesgos que pudieran reportarle".
El año 1980, Josep Tarradellas, el consejero primero de la Generalitat que había firmado aquel decreto del 1937, suspendió una campaña de planificación familiar iniciada por la Consejería de Sanidad y Asistencia social, la cual había editado centenares de miles de carteles, enganxines, folletines y dípticos, tanto en catalán como en castellano.
En aquellos carteles se reproducían eslóganes como por ejemplo los siguientes: Si habéis explicado a vuestros hijos como se hacen los niños... explicadlos también como NO se hacen, o este otro: Si haces el amor no hagas la guerra... a los anticonceptivos, o bien otro, donde figuraba una cama rota por la mitad y separado: Este es un método anticonceptivo. Pero hay otros que son mejores, por qué no destruyen las relaciones de pareja.
La pregunta es ¿por qué un dirigente cómo en Tarradellas, que había firmado el decreto 43 años antes, ahora actuaba de censor, entre marzo y el abril del 1980? Por qué la consejería de la Generalitat Provisional recuperada era gestionada por el PSUC? Por las reacciones de convergentes y democristians? Todo ello desembocó en la dimisión de Nolasc Cotejen, un neurólogo muy reputat, ubicado supuestamente en el sector leninista del PSUC, y provocó una gran decepción. Fue otra pieza del mosaico del chasco que vendría después sobre la transición. Me imagino como se debía de sentir Lluïsa del Río, una de las feministas del PSUC, de la vocalia de mujeres de la Asociación de Vecinos de Mataró-Centro y una de las que trabajó más en que en Mataróhubiera el centro de planificación familiar de Ronda Delgado.
El presidente Tarradellas fue duramente criticado por esta decisión, acusado de probado reaccionarisme y que su actitud se parecía mucho a actitudes anteriores ultramasclistes y que producían tanta pena como repugnancia. Tarradellas, tan encartronat y ritualista, también fue conocido por sus obsesiones: las mujeres con falda, los hombres con corbata. Guti, pero, fue más terco que él.
Ahora, el ministro de Justicia y supuestamente moderado Ruiz Gallardón ha emprendido una campaña de persecución contra las mujeres. Qué necesidadhabía?
La regidora del Ayuntamiento de Mataró, de Unión, señora Olga Ortiz, no ha cumplido con la dignidad del cargo y tendría que plegar. Así de claro. Es como el capitán del barco italiano acusado de abandonar Costa Concordia. Incluso el rey Balduí de Bélgica dimitió durante un día cuando su conciencia no le permitía firmar un decreto del gobierno de su país. La regidora en cuestión tendría que saber que incluso los bachilleres catalanes han bebido de las fuentes del liberalismo anglosajón, pues lo tienen que estudiar para la selectividad. John Stuart Mijo, un victoriano eminente, siguiendo la tradición liberal inglesa, separaba claramente entre la esfera pública y la privada, y pregonaba que una no tiene que interferir en la otra. Fue también quién, por influencia de su mujer, Harriet Taylor, feminista socialista, presentó la primera ley al Parlamento británico, proponiendo el derecho de voto a las mujeres. No va reeixir, pero asentó las bases por qué después se consiguiera.
En Mataró, una muchedumbre de entidades feministas se han unido para responder a una nueva agresión de este gobierno neofranquista, contra la llamada ley Gallardón. La tradicional fecha del 8 de marzo, día que desde el 1977 la ONU señaló para dedicarlo a la mujer trabajadora, se ha ampliado a un conjunto de actividades que han ido desde el 4 hasta el 28 de marzo. Es un signo positivo de capacidad de respuesta de la sociedad civil.
El protagonismo de las activistas mujeres es comprensible, pero sería un error circunscribir el ataque contra la libertad de decidir de las mujeres a un asunto que corresponde sólo a ellas, porque pienso que este sadismo de sotana (o de cuello levantado) no va contra las mujeres, sólo, del mismo modo que el macartisme no fue un ataque contra los comunistas de los Estados Unidos, sino contra las libertades de toda la ciudadanía. Igual sucede con la contrarreforma laboral: no es un ataque a los sindicatos o a los que ahora están trabajando, sino que recorta los derechos sociales de todo el mundo. Y el mismo podemos decir de la lucha de la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca): también es una lucha en contra de los abusos del capital financiero y en favor de las libertades y de los derechos de los ciudadanos.
Si no modificamos esta percepción según la cual la agresión contra las mujeres es un tipo de cortafuegos para que no lleguen a los hombres, caeremos nuevamente en el olvido del que ha pasado ya durante la historia, tal y cómo señala Silvia Federici (Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaría, 2004).
La Federici relaciona abiertamente la relación que hay con la explotación de las mujeres en todos sus ángulos con la concentración del poder y acumulación de la riqueza. En vez de ver el capitalismo como una derrota liberadora del feudalismo, Federici interpreta el ascenso del capitalismo como un movimiento reaccionario para eliminar el comunalisme, y que utiliza la discriminación de las mujeres para poder apropiarse de su fuerza de trabajo y proceder a la acumulación originaria del capital.
Si consentimos al trocear las libertades, siguiendo la moda de las marcas blancas y del low coste, estamos admitiendo que también estamos dispuestos a jibaritzar nuestros salarios, nuestras condiciones sociales y nuestros proyectos de vida. Atentar contra la libertad y la dignidad de las mujeres es manllevar-nos el futuro. De todo el mundo.
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