Nos presentamos en la bonita playa de Tamariu, para iniciar la segunda etapa de los caminos de ronda. Antes, pero, daremos un vistazo a la peculiar barraca de los Lirios, edificada en 1872, claro exponente de aquellas tiendas de recreo que utilizaban los tapers para celebrar xefles.
paseando, en un santiamén, encontraremos el primero entrando denominado el salto de en Gatzai, sector peligroso de transitar, sobre todo con las raíces de un pino que os podría hacer caer descalabro. A continuación afrontaremos la punta del Burro que dibuja una inflexión repentina, para descubrir a continuación, un clapat de roquissa, con varias balsas de aguas somas. En este punto, el camino de ronda se pierde completamente y nos obligará a trepar de piedra en piedra hasta encontrar otro golpe las marcas blancas y rojas que conducen en la vecina cala de en Roig.
Sin apartarnos ni un momento del sender, atravesaremos la cala del Gamarús, caracterizada por una cavidad misteriosa que escupe el agua xarbotada cuando soplan los levantes. A partir de este lugar podemos afirmar que abandonamos el paraje de la Perica y que afrontamos el de la Hombrera, conocido así por la abundante presencia en épocas anteriores de este molusc de dos valves. Los pescadoressuelen hacer siempre acto de presencia; para llegar utilizan el corriol que baja a raíz de los apartamentos Mon Reposo (servidumbre de acceso al mar). A capdavall, la costa nuevamente hará un giro a mediodía hasta llegar a nuestro punto de parada. Toda la vertiente de montaña está presidido por el chalé La Hombrera, construido en 1929 por el matrimonio aristócrata Lord y Lady Islington. El corriol transcurre en alto, bordeando la inmensa finca, y antes de llegar a nuestro destino, nos permitirá admirar todavía los accidentes de los Pescadores del sueño, el escollo larguirucho de sano Galera y la Cala Pedriza. El descenso a la cala bien bastante que merece un baño

Uno de los bucólicos paisajes de la ruta
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