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De Tivissa a la ermita de Santo Blai

La ermita de Santo Blai, junto con la fuente del mismo nombre, conforman uno de los parajes naturales más significativos de Tivissa. Se llama que, para conmemorar la expulsión de los sarracenos, los tivissans construyeron una ermita dedicada a Santo Blai. Fue destruida y el actual es de estilo gótico, construida el 1858 y posteriormente reformada. Consta de una nave rectangular con ábside y seis capillas laterales. El día 3 de febrero, se celebra la festividad de Santo Blai pero la fiesta se traslada al domingo siguiente al día del santo. Es tradición beber el agua de la Fuente antes de llegar a la ermita. La fiesta empieza marchando con romería a pie, hasta la ermita, por el camino de herradura, que estrechado y accidentado a sus inicios, nos ofrece la visión de bonitos parajes naturales. El en torno a Santo Blai es un lugar que sorprende por su belleza natural y el silencio que impera.

Esta ruta capta el contraste paisajístico entre las feixes de olivos y de almendros y los escarpats riscos de Santo Blai, ideales para las excursiones de montaña.
El punto de partida es Tivissa. Sellega desde Móra d'Ebre por las carreteras C-12 y C-44, tomando primero los indicadores de Tivissa y seguidamente los de la Zona Deportiva y oficina de turismo. Después hay que dirigirse a Camps de Deportes por una calle de circunvalación y, junto al campo de fútbol, se encontrarán los indicadores de un aparcamiento: es el punto de inicio de la ruta.

Desde el aparcamiento junto al campo de fútbol, hay que ir arriba por la derecha hasta que, coincidiendo con el final de la calle de Santo Blai, tumbando a la izquierda, empieza una subida, fuerte pero corta, por donde se saldrá del pueblo. Enseguida se planea y, junto a una casa, se encuentran los primeros indicadores del GR 7 y el camino se transforma en corriol.
Se continúa entre feixes de almendros y de olivos. Cuando todavía no han pasado ni 10 minutos, se llega a un cuello desde donde ya se puede divisar el risco que protege Santo Blai.
A los 20 minutos se llega a una pista ancha. Se tiene que continuar por la pista a la izquierda, siguiendo en todo momento las marcas del sender GR 7. Es en este lugar donde hay una vista fabulosa del pueblo. Hay que continuar por la pista, que se adentra entre los riscos y, gracias a una apertura natural, se pasa por el barranco de Santo Blai. El camino se ensarta.
Cuando ya haga una media hora que se anda se llega a una pequeña área de descanso, donde el barranco hace unos charcos de agua y también hay una fuente. Unos 8 minutos más tarde se llega al monasterio de Santo Blai, situado bajo un risco, envuelto de bosques de encinas y pinos.
El retorno duro una media hora y se hace por el mismo camino.

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