Joan Antoni Baron

Del catastrofismo al posibilismo

Este es exactamente el camino que parece haber emprendido los últimos meses el gobierno municipal. De una posición inicial de catastrofismo hacia la asunción que la viabilidad económica de las finanzas municipales es posible. Nos han hecho falta meses de ir repitiendo otra vez que el Ayuntamiento de Mataró es solvente y que puede hacer frente a las deudas adquiridos en los últimos años. Deudas que tienen que ver con la apuesta decidida para poner los fundamentos a un nuevo modelo económico de la ciudad.

Una ciudad que no renuncia a su tradición industrial, que se claramente un centro territorial de servicios a las personas y a las empresas. Una ciudad que comercialmente refuerza su capitalidad y que quiere sacar todo el provecho a su condición de ciudad metropolitana y marítima. El TCM, la Ringlera, el mercado de la plaza de Cuba, la nave Minguell o el Corte Inglés son algunos ejemplos claros de esta voluntad de cambiar el rumbo y orientar la economía de la ciudad hacia la innovación.

Y la crisis. Una profunda y larga crisis que ha convertido en deficitarias operaciones perfectamente viables en el momento que fueron diseñadas. Ante esta situaciónhabía dos opciones posibles: la catastrofista que sólo hacía hincapié, si hacía falta con una cierta exageración, en la difícil situación y la possibilista de los que pensábamos que la situación era salvable con paciencia, rigor y consenso.

Es cierto que la situación económica de aquello que se denomina grupo ayuntamiento es compleja y delicada. Pero, y tal como se ha puesto de manifiesto con la aprobación del Plan de saneamiento y financiero por el 2012-2016, es una situación perfectamente viable y solvente. Y no se puede obviar que una gran parte de los ayuntamientos españoles y catalanes han tenido que hacer un plan de ajuste como el que ha hecho el Ayuntamiento de Mataró y que otros no podrán aprobar un plan similar sencillamente porque los bancos no se los darán crédito. Porque la crisis tiene una cierta componente local pero es general y afecta a todo el mundo y en todas partes.

Celebro, y por eso votamos favorablemente, que se haya pasado del catastrofismo al posibilismo. Que el proceso de cambio, que tuvo un punto de inflexión en la ERO abortada de los trabajadores de PUMSA, haya permitido el consenso imprescindible para garantizar la viabilidad del Ayuntamiento de Mataró. Lo he dicho muchas veces y las repetiré tantas como haga falta: estamos disponibles desde la responsabilidad y el compromiso con Mataró.

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