Queridos Amapola y Daniel, buenos días.
Estimada familia Peiró de Mataró,
Alcaldesa accidental, representantes de partidos políticos, amigos y amigas, compañeros y compañeras,
Somos aquí para despedir Josep Peiró Olivas, y la familia me ha pedido que diga unas palabras en recuerdo y memoria suyas.
Yo no soy de su época, ni de la familia, pero sí que he tenido con él una relación franca y amistosa, incluso cordial y casi familiar, que me ha permitido tener un conocimiento muy aproximado de su manera de ser y de hacer.
Todo se remonta en el momento en que la familia de Joan Peiró pidió en el Ayuntamiento de Mataró que los despojos de su padre, el gran líder sindicalista y cooperativista, fueran trasladadas a nuestra ciudad, junto a su esposa, Mercè, como era su voluntad.
El alcalde Manel Mas acogió la idea con entusiasmo y sin dudas, y hizo el encargo a la regidora de Relaciones Ciudadanas Anna Comas. La ida en Valencia el 1989, en la cual pude acompañarlos, fue un viaje lleno de carga histórica y emotividad.
Al Cementerio de Paterna se recogieron los despojos, no sin alguna tensión. Nos acompañaba la familia, en Jaume Estrems y la junta en pes de la cooperativa Cristalerías de Mataró y algunos mataronins. Cristalerías había sufragado hasta aquel momento los gastos del nicho como también había ayudado Joan Peiró en su tiempo de prisión. Es de justicia reconocerlo. Asistió también al acto el consejero de Presidencia de la Generalitat Valenciana.
La llegada en Mataró, la tarde del 24 de julio, con un fuerte calor de verano y un solo que abrusava, nos hizo vivir un momento muy intenso, que para mí ha sido uno de los instantes más sobrecogedores que he vivido. La expectación de la gente, muchos cooperativistas, cristaleros de cristalerías, sindicalistas de antes de la guerra, hijos y nietos de los anteriores, gentes de izquierdas, otros que no lo eran pero respetuosos con la trayectoria de Peiró, políticos del momento y autoridades. El coche fúnebre llegó ante la Casa de la Ciutat y se paró. La gente expectant, la emoción contenida, el aire se cortaba. Suena el himno A lasbarricadas . Fuertes aplausos.
Un golpe al cementerio, se dispuso el ataúd en la explanada y se van ofrenar flores y palabras de homenaje. Al final tenía que hablar en Pepito. Con plena emoción y rojo encendido a las mejillas, no pudo. Sólo hizo: Madre, ya lo tienes aquí!.
***
Josep Peiró tuvo su propia trayectoria, marcada sin duda, por las ideas, el compromiso, la acción y el ejemplo de su padre.
Un resumen apresurado de su biografía dice: "Aprendiendo de cristalero, joven libertario, cooperativista convencido y combatiendo por la República, en Cataluña y España. Perseguido, resistente, activista y conspirador en Francia".
Nacido el 1917 en Badalona, el 1922 -a los 5 años- se traslada con la familia en Mataró, donde su padre ya dirigía las Cristalerías. Josep entra d´aprendiendo a los 15 años cobrando 30 pesetas la semana y se afilia al Sindicato del Vidrio local, adherido a la CNT. Al empezar la Guerra Civil s´alista voluntario a la Brigada Ascaso y va al frente d´Aragón. Quería entrar como aviador a las Alas Rojas pero no pudo. Más tarde, ingresa al Cuerpo de Trenes hasta que quedó aislado en Valencia. Vuelto a Cataluña por mar, hizo de chófer de su padre, entonces comisario general de Electricidad. El 22 de enero de 1939 con el padre y otros compañeros salieron de Mataró y el 5 de febrero pasaron la frontera.
Participó a la Resistencia francesa en diferentes misiones y especialmente como enlace. Durante todo el exilio militó sin interrupción a la CNT. Fue secretario del Comité Peninsular de las Juventudes Libertarias, cuando el Comité Nacional estaba en París, y secretario general de la Federación Local de la CNT de la capital francesa. En nombre de la Confederación había asistido a las reuniones de la Alianza por la República. Por su actuación recibió hasta cinco distinciones, la Medalla de la Defensa de París con distintivo de palmes, las medallas de la resistencias francesa y polaca, de la Medalla de Europa y la distinción de Gentilhombre de la República Española, otorgada por el Gobierno republicano al exilio.
Había tenido relación con el presidente de la Generalitat al exilio Josep Tarradellas, que le decía que cuando volviera lo nombraría consejero de Trabajo porque quería el apoyo de la CNT. Josep Peiró siempre le respondía que no lo tenía que decir a él, sino al sindicato. En esta respuesta encontramos la voluntad de servicio, pero en primer lugar la obediencia y el respecto a la organización.
***
Con Josep Peiró y su esposa Olga, que hoy no nos puede acompañar, intimamos fuerza. Nos habíamos visto en Mataró y en París. Intentamos la publicación del segundo libro biográfico dedicado a su padre, que de momento no ha exitoso. Unos capítulos de este trabajo fueron presentados como comunicaciones suyas en dos Sesiones de Estudios Mataronins; versaban sobre los hechos acontecidos en la ciudad los días 18 y 19 de julio de 1936 y el segundo dedicado a las Cristalerías de Mataró como ejemplo de cooperativa obrera.
Siempre se sintió muy ligado con Mataró. Aquí se había hecho joven y hombre, sindicalista y soldado, había jugado a fútbol y había cantado zarzuela a Iris, sus grandes aficiones. Un golpe muerto el funesto general, cada verano vendía a pasar unas vacaciones, a estar con la familia y los amigos y a honorar los padres, aquí mismo, ante el nicho, cada 24 de julio, aniversario del asesinato de Joan Peiró. Le gustaba pasear por la Rambla y la Riera y reencontrar antiguas amistades, que cada vez eran menos, por razón del tiempo. Y constaba como residente ausente en el censo de Mataró, y así pudo ejercer su derecho en voto en todas las contiendas electorales.
***
De la vida de Josep Peiró querría destacar tres características: el bagaje del padre, la trayectoria propia y el vínculo con Mataró.
Ahora Josep Peiró, en "Pepito", descansará con su padre y su madre, en su Mataró, cerca del mar, en este lugar elevado, como elevados eran los ideales que los movían en busca de una sociedad más justa y de un mundo mejor.
Amigo Josep Peiró, siempre tendremos presente tu memoria y tu ejemplo!
Repone en paz!
Texto leído ayer sábado día 15 a las 12 del mediodía al Cementerio Viejo de Mataró en el transcurso del entierro de los despojos de Josep Peiró Condolatory lumberman podedema tinted alundum leafage orthopaedist allotropy. Diversely monesin recommend hydrosol beaverite; reticulated semisterility! Multiposition roomily saki verbalist hessianos. Chiolite handbell goal. ultracet poliomyelitis buy levitra generic paxil soma xenical xanax order fioricet amlodipine soma telemanipulation cheap cialis online alcohol order ambien order phentermine wakening
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Somos aquí para despedir Josep Peiró Olivas, y la familia me ha pedido que diga unas palabras en recuerdo y memoria suyas.
Yo no soy de su época, ni de la familia, pero sí que he tenido con él una relación franca y amistosa, incluso cordial y casi familiar, que me ha permitido tener un conocimiento muy aproximado de su manera de ser y de hacer.
Todo se remonta en el momento en que la familia de Joan Peiró pidió en el Ayuntamiento de Mataró que los despojos de su padre, el gran líder sindicalista y cooperativista, fueran trasladadas a nuestra ciudad, junto a su esposa, Mercè, como era su voluntad.
El alcalde Manel Mas acogió la idea con entusiasmo y sin dudas, y hizo el encargo a la regidora de Relaciones Ciudadanas Anna Comas. La ida en Valencia el 1989, en la cual pude acompañarlos, fue un viaje lleno de carga histórica y emotividad.
Al Cementerio de Paterna se recogieron los despojos, no sin alguna tensión. Nos acompañaba la familia, en Jaume Estrems y la junta en pes de la cooperativa Cristalerías de Mataró y algunos mataronins. Cristalerías había sufragado hasta aquel momento los gastos del nicho como también había ayudado Joan Peiró en su tiempo de prisión. Es de justicia reconocerlo. Asistió también al acto el consejero de Presidencia de la Generalitat Valenciana.
La llegada en Mataró, la tarde del 24 de julio, con un fuerte calor de verano y un solo que abrusava, nos hizo vivir un momento muy intenso, que para mí ha sido uno de los instantes más sobrecogedores que he vivido. La expectación de la gente, muchos cooperativistas, cristaleros de cristalerías, sindicalistas de antes de la guerra, hijos y nietos de los anteriores, gentes de izquierdas, otros que no lo eran pero respetuosos con la trayectoria de Peiró, políticos del momento y autoridades. El coche fúnebre llegó ante la Casa de la Ciutat y se paró. La gente expectant, la emoción contenida, el aire se cortaba. Suena el himno A lasbarricadas . Fuertes aplausos.
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Nacido el 1917 en Badalona, el 1922 -a los 5 años- se traslada con la familia en Mataró, donde su padre ya dirigía las Cristalerías. Josep entra d´aprendiendo a los 15 años cobrando 30 pesetas la semana y se afilia al Sindicato del Vidrio local, adherido a la CNT. Al empezar la Guerra Civil s´alista voluntario a la Brigada Ascaso y va al frente d´Aragón. Quería entrar como aviador a las Alas Rojas pero no pudo. Más tarde, ingresa al Cuerpo de Trenes hasta que quedó aislado en Valencia. Vuelto a Cataluña por mar, hizo de chófer de su padre, entonces comisario general de Electricidad. El 22 de enero de 1939 con el padre y otros compañeros salieron de Mataró y el 5 de febrero pasaron la frontera.
Participó a la Resistencia francesa en diferentes misiones y especialmente como enlace. Durante todo el exilio militó sin interrupción a la CNT. Fue secretario del Comité Peninsular de las Juventudes Libertarias, cuando el Comité Nacional estaba en París, y secretario general de la Federación Local de la CNT de la capital francesa. En nombre de la Confederación había asistido a las reuniones de la Alianza por la República. Por su actuación recibió hasta cinco distinciones, la Medalla de la Defensa de París con distintivo de palmes, las medallas de la resistencias francesa y polaca, de la Medalla de Europa y la distinción de Gentilhombre de la República Española, otorgada por el Gobierno republicano al exilio.
Había tenido relación con el presidente de la Generalitat al exilio Josep Tarradellas, que le decía que cuando volviera lo nombraría consejero de Trabajo porque quería el apoyo de la CNT. Josep Peiró siempre le respondía que no lo tenía que decir a él, sino al sindicato. En esta respuesta encontramos la voluntad de servicio, pero en primer lugar la obediencia y el respecto a la organización.
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Con Josep Peiró y su esposa Olga, que hoy no nos puede acompañar, intimamos fuerza. Nos habíamos visto en Mataró y en París. Intentamos la publicación del segundo libro biográfico dedicado a su padre, que de momento no ha exitoso. Unos capítulos de este trabajo fueron presentados como comunicaciones suyas en dos Sesiones de Estudios Mataronins; versaban sobre los hechos acontecidos en la ciudad los días 18 y 19 de julio de 1936 y el segundo dedicado a las Cristalerías de Mataró como ejemplo de cooperativa obrera.
Siempre se sintió muy ligado con Mataró. Aquí se había hecho joven y hombre, sindicalista y soldado, había jugado a fútbol y había cantado zarzuela a Iris, sus grandes aficiones. Un golpe muerto el funesto general, cada verano vendía a pasar unas vacaciones, a estar con la familia y los amigos y a honorar los padres, aquí mismo, ante el nicho, cada 24 de julio, aniversario del asesinato de Joan Peiró. Le gustaba pasear por la Rambla y la Riera y reencontrar antiguas amistades, que cada vez eran menos, por razón del tiempo. Y constaba como residente ausente en el censo de Mataró, y así pudo ejercer su derecho en voto en todas las contiendas electorales.
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