J. Camero

capgros.com/acn

Detenido un empresario para abandonar un obrero herido que no tenía contrato

Dos responsables de la empresa dejaron el empleado ecuatoriano al hospital y lo habrían obligado a mentir sobre el accidente en que perdió la mano

Los Mossos d'Esquadra han detenido el amo de una empresa de Mataró y un encargado para intentar esconder que un trabajador sin contrato había perdido una mano por culpa de un accidente laboral, según ha podido saber el ACN. Al hombre, un ecuatoriano de 41 años, se le quedó la mano enganchada en un turno de la fábrica de componentes de embarcaciones donde trabaja. En ninguna parte de avisar los servicios médicos, decidieron traerlo al hospital con un vehículo propio, lo dejaron allá diciendo que no lo conocían y que lo habían encontrado en la calle y lo habrían convencido porque mintiera y dijera a los médicos que había tenido un accidente pescando. Finalmente, los médicos le tuvieron que amputar parte del brazo izquierdo.

Según ha explicado la víctima, el accidente tuvo lugar a las 7.10 horas de la mañana del 12 de enero. Estaba manipulando una máquina de tres ejes que giran muy rápido para curvar el material y en aquel momento hacía protectores para un tubo de escapament de un barco. En un momento determinado, se le quedó enganchada la mano. Intentó apagar inmediatamente la máquina pero le costó porque el botón de emergencia era un poco lejos. Al final, con la ayuda del encargado, pudo sacar la mano, que tenía totalmente aplastada. Él se pensaba que le tendrían que cortar, pero el encargado, Antonio O. G., de 56 años y vecino de Premià de Mar, le decía que confiara en los médicos. Según consta en las diligencias policiales, a las cuales ha tenido acceso el ACN, el encargado trucó el amo, Jaime C.G., de 46 años y vecino de Tordera, que habría tardado una media hora al llegar, según el trabajador. Mientras tanto, nadie trucó los servicios médicos de emergencia, y el encargado hizo cambiar de ropa a la víctima y lo calentó con una hoguera porque el hombre tenía muchos temblores debido a su estado.

Lo trasladaron en el coche del encargado hasta el hospital de Mataró usando el claxon para ir más rápido, dondellegaron hacia las 8 de la mañana, según consta en el registro del hospital. Lo dejaron allá y le dijeron al enfermero de urgencias que lo habían encontrado por la calle con la mano destrozada. Lo operaron durante dos horas hacia las 10 de la mañana, pero los cirujanos le tuvieron que amputar el brazo izquierdo hasta la mitad del antebrazo.

Los responsables de la empresa, según el trabajador, lo habrían obligado a explicar que había tenido un accidente pescando al espigón del puerto de Mataró y que al caer una piedra le habría destrozado el brazo, cosa que los médicos no se acababan de creer. Finalmente, los dijo la verdad. La versión de los dos detenidos es diferente. Según ellos, trajeron el herido muy rápido y fue él quién los pidió que no dijeran que había sido un accidente pescando porque estaba de forma irregular al país. Por todo esto, el caso llegó al Consulado de Ecuador en Barcelona, que lo puso en manso de su abogado. Los Mozos fueron a la empresa y detuvieron el amo y el encargado. A Jaime C.G., el propietario, le atribuyen delitos contra los derechos de los trabajadores, omisión del deber de socorro y obstrucción a la justicia. Al encargado, Antonio O.G., le atribuyen los delitos de omisión del deber de socorro y encubrimiento. Los dos detenidos quedaron en libertad a la espera que el juzgado de Mataró los cite a declarar. El ACN se ha intentado poner en contacto con la empresa sin éxito.

Despedido y readmitido sin contrato

La empresa, con sede en el polígono Plano de en Boet de Mataró, se llama CMN SL, pero el accidente tuvo lugar en un taller situado en una zona agrícola de Vilassar de Mar, donde el trabajador, vecino de Mataró,llegaba después de andar una media hora desde la estación de tren. La víctima, que prefiere mantener el anonimato, trabajaba desde hacía tres años en la empresa, con contrato, y cobraba unos 850 euros al mes. Hace un año y medio lo despidieron, pero siguió trabajando a la compañía sin contrato y cobrando 7 euros la hora, trabajando unas nueve horas en el día. Según declaró el empresario a la policía, esto lo hizo porque no habían renovado el permiso de residencia al trabajador y el empleado le pidió que le diera trabajo para enviar dinero a su familia de Ecuador. Ahora está muy afectado psicológicamente.

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