Xaubet

Hèctor Xaubet

Profesor y sociólogo

Dique de contención al neofascismo?

No somos pocos quienes nos sentimos aligerados al saber que Le Pen no sería la próxima presidenta francesa. Però esta satisfacció no nos tendría que confundir: que el neofascismo no haya accedido al poder no quiere decir que la derecha menos radical de Macron la frene. No nos hauríme de creer los titulares dichosos de los principales diarios, propiedad de los poderes hacèctics, que hacen pasar el proyecto de derechas de Macron por la solució sensata. No és la derecha igualmente neoliberal, por més "moderna" que parezca ser, quién està en condiciones de poder frenar el neofascismo. Cometríme un error si entenguéssim que los franceses han votado un "dique de contenció" al neofascismo, como incluso desde la izquierda se ha interpretado; simplemente han votado por el opció horrible ante el opció nefasta.

En efecto, no és el proyecto que estén las polítiques antisociales que justamente provocan el surgimiento de partidos como el lepenista el que puede impedir su difusió; sinó, al contrario, proyectos de cambio social y radicalització democràtica en favor de la mayoría social. Las cabezas pensantes "podemites" han dicho alguna vez que la antídote al Reino de España contra partidos como el de Le Pen ha sido el 15-M y, posteriormente, la aparició de Podemos. Los doy toda la raó. Y això no ha pasado a Franco̧a, donde este proyecto austericida encapçalat por un banquero representa enfermar més Franco̧a; Le Penés lo símptoma. Que sirva de advertència a toda la izquierda europea en general y toque de alerta a los varios però confluents proyectos transformadores que se dan en España.

En momentos crítics como el actual con aumento de desigualdades sociales y falta de percepció de alternativas de cambio, las fuerzas reaccionàrías se hacen fuertes. Por això, si se quiere evitar que aparezcan una posible Le Pen (en el peor de los casos) o un Macron (en el menos peor) al Reino de España, las fuerzas progresistas tienen una crucial responsabilidad històrica: divisar el horitzó de cambio claro en favor de la gente corriendo hacia donde queremos andar. Això quiere decir que convé no només poner en evidència las recetas falladas, sinó que hace falta també sobre todo presentar un proyecto social de cambio real para la mayoría social.

Podemos y las diversas confluències están todavía constituyéndose; cometer errores puede salir muy caro en el futuro. Por això, hay que saber encontrar una organització cohesionada, plantear alternativas realizables y demostrarlo, dejar atrás la peleas internas, no legitimar el discurso liberal y, sobre todo, és crucial mantener un pie en la calle e interpelar directamente el ciutadà para construir nuestro relato de futuro. Perquè el neofascismo no se frena a las urnas, sinó que se lo frena desmantelando las condiciones que lo harían aparèixer.

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